San Cristóbal de Las Casas, Chis. No es el ingreso de fentanilo ni de migrantes lo que está detrás de la imposición de aranceles a México y Canadá, sino el intento de Estados Unidos de reposicionarse frente a la pérdida de su poder y de su hegemonía en el mundo, afirmó el economista Daniel Villafuerte Solís, investigador del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (CESMECA).
En entrevista opinó que el de los aranceles “es un tema político más que económico y ahí estaría la solución. Se necesita un acuerdo porque el incremento de los aranceles es una decisión política”.
Agregó que “México tiene con Estados Unidos un Tratado de Libre Comercio y se firmó para que no hubiera aranceles. Su imposición es una medida política que viola todos los acuerdos”.
Por eso, abundó, “las medidas que se van a anunciar el domingo en el Zócalo por la presidenta (Claudia Sheinbaum), deben de ir en el sentido de imponer aranceles también por parte de México, lo que llevaría a un problema mayor porque ninguno de los dos países va a ganar. En principio habría una disminución del comercio exterior”.
Villafuerte Solís reiteró que “lo que quiere Estados Unidos es recuperar los espacios perdidos, pues su economía está mal - la economía más importante del mundo ahora es la de China-, tiene una dependencia brutal y por eso está invitando a sectores extranjeros y de su país a migrar a Estados Unidos”.
Señaló que la dependencia del comercio de México con Estados Unidos “es brutal, de un 85 por ciento, y un alza en los aranceles se va a reflejar en muchos aspectos; en primer lugar, en el sector exportador como las ensambladoras hasta en productos como los que produce Chiapas como el café, grano globalizado y uno de los mercados es Estados Unidos, además del banano y el ganado, entre otros”.
Manifestó que, además, “Chiapas es un estado con mucha pobreza y va a suceder que la disciplina presupuestaria se va a aplicar con mucho rigor porque se va a reducir el presupuesto que en mucho va dirigido a programas sociales. El tema de la austeridad estará presente. Es otro efecto colateral. Los servicios de salud y educativos también estarían afectados”.
También comentó que “Chiapas ha estado aumentando la cantidad de remesas y definitivamente será afectado. Aún suponiendo que no ocurriera una deportación masiva de migrantes de Estados Unidos las remesas se verán afectadas porque la persecución no permitirá trabajar con libertad en sectores mejor remunerados en el país del norte como la industria restaurantera y otras en zonas urbanas porque ha habrá mayor vigilancia migratoria y eso va a afectar el nivel salarial de los migrantes y por lo mismo van a bajar las remesas”.
Sostuvo que “a partir del primer trimestre de este año se verá reflejada la baja en comparación con 2024. Las remesas llegaron en 2023 a más de 4 mil millones de dólares, equivalente al 20 por ciento del producto interno bruto (PIB), aproximadamente y de alrededor del 65 por ciento del presupuesto que tiene Chiapas, lo que da una idea de la importancia de las remesas”.
Daniel Villafuerte expresó que con la imposición de aranceles, las empresas no podrán exportar porque serán castigadas con un sobreimpuesto que representa una disminución en sus ganancias y “si no exportan se van a quedar con un producto mayor y, ¿quién lo va a comprar si no hay un mercado interno suficientemente fuerte como para que lo adquieran de inmediato, hablando de vehículos, por ejemplo? Entonces, habría que buscar nuevos mercados, lo cual no es tan sencillo porque los otros países posibles compradores tienen otras ofertas y precios más bajos. Entonces, es una cadenita de nunca a acabar”.
Continuó: “Hablando de aguacate, México es el principal exportador para Estados Unidos, pero si ponen un arancel los productores ya no van a poder exportar las cantidades que venían haciendo. Eso favorece el mercado interno porque nosotros vamos a poder comprar aguacate más barato, pero el mercado interior tiene límites porque los ingresos en México no son muy altos”.
Añadió que “por eso es la preocupación de todos los exportadores y no exportadores porque las fábricas, por ejemplo, van a despedir trabajadores, pues no van a producir la misma cantidad de productos que antes. Si hay despidos, baja el ingreso y con ello la masa salarial y vendrá un problema de consumo fuerte. Es una cadena que no conviene ni a Estados Unidos ni a México. Por lo tanto, tiene que haber una negociación política. Que se entienda que Donald Trump no está tomando las medidas adecuadas ni para la economía de su país ni de México”.