Pues no: la enloquecida cabeza de Donald Trump no reconsideró su chantajista cuan unilateral decisión, y a partir del primer segundo de ayer impuso aranceles a las importaciones mexicanas y canadienses, con lo que parece terminar de cavar la tumba de lo que alguna vez fue un tratado comercial trilateral. Eso sí, se dice "socio y amigo" de las naciones que ahora apergolla, las mismas que, en consecuencia, procederán en igual sentido, toda vez que lo único que ha hecho el inquilino de la Casa Blanca es inaugurar una nueva política del pimpón (muy diferente a la que, con el mismo nombre, Richard Nixon puso en marcha en sus relaciones con la República Popular China a comienzo de la década de los 70 del siglo pasado), con resultados más que previsibles en materia económica y diplomática.
Así, la presidenta Sheinbaum respondió que "la decisión unilateral que toma Estados Unidos afecta a las empresas nacionales y extranjeras que operan en nuestro país y afecta a nuestros pueblos. Por ello, hemos decidido responder con medidas arancelarias y no arancelarias que anunciaré en plaza pública el próximo domingo" (en una concentración por ella convocada para el próximo domingo en el Zócalo). Nosotros siempre buscaremos una solución negociada, como lo hemos propuesto, en el marco de respeto a nuestras soberanías”, pero la actitud de Trump no deja margen de acción.
Es inconcebible, dijo la mandataria, "que no se piense en el daño que se va a causar tanto a ciudadanos y empresas de Estados Unidos por el incremento en los precios de los artículos que se producen en nuestro país, como también el daño que se va a provocar por detener la creación de empleos en ambos países. Nadie gana con esta decisión; por el contrario, afecta a los pueblos que representamos. No hay motivo, razón ni justificación que soporte esta decisión; lo hemos dicho de diferentes formas: cooperación y coordinación, sí; subordinación, intervencionismo, no. A México se le respeta. Somos naciones iguales. Es tiempo de la defensa de México y su soberanía. Debemos estar atentos y tener tranquilidad, cabeza fría, es muy fuerte y poderoso nuestro pueblo y nuestra bendita nación".
También se refirió al tema del fentanilo, que Trump utiliza como pretexto para imponer sus condiciones. Dijo Sheinbaum: el gobierno estadunidense "debe hacerse cargo también de la crisis del consumo de opioides que ha causado tantas muertes en aquel país; es un problema de salud pública profunda que debe atender. Asimismo, debe actuar contra los grupos delictivos que internan de manera ilegal, a través de sus puertos y aeropuertos, los precursores de fentanilo, así como a la delincuencia que produce, distribuye y vende ilegalmente el fentanilo y otras drogas, en su territorio, envenenando a sus habitantes".
Entonces, con la política de pimpón (me aplicas aranceles, te los aplico; me reviras, te reviro; me pegas, te pego y así en un interminable ejercicio que lleva directamente a una guerra comercial), Trump ha logrado que la comunidad de naciones abiertamente esté en su contra, sin olvidar que el principal daño será para los consumidores estadunidenses.
Como era de esperar, Canadá también entro al juego del pimpón. El (aún) primer ministro Justin Trudeau calificó de "estúpida" la decisión de Trump y anunció la imposición de aranceles (25 por ciento) a las importaciones provenientes de Estados Unidos, pues aquel "busca socavar la economía canadiense para luego hablar de la anexión; no sé qué negociación podríamos sostener".
Pero la reacción del país de la hoja de arce no le gustó al caprichoso Trump y por lo mismo vuelve a amenazarlo: "si Canadá responde a un arancel de Estados Unidos, nuestros aranceles recíprocos aumentarán inmediatamente en la misma proporción". Y como parte de su plan expansionista, el mandatario estadunidense calificó a Trudeau de "gobernador", siempre en mente la anexión y su idílico "estado número 51".
Las rebanadas del pastel
Por cortesía de Carlos Salinas de Gortari, un gringo nacido en México, nuestro país quedó "encadenado" a Estados Unidos. Sus sucesores en Los Pinos –igualmente gringos– hicieron exactamente lo mismo y a estas alturas 80 por ciento de las exportaciones nacionales tienen ese destino, con todo y que México ha firmado infinidad de tratados comerciales con otras naciones. Por ello hay que ponderar lo dicho por la presidenta Sheinbaum: "de consolidarse este tema de los aranceles, hay que hacer una evaluación muy importante de la diversificación geográfica de la economía mexicana; tenemos que reorientar la visión". Perfecto: ¿qué tal el bloque BRICS?
X: @cafevega