Nueva York y Washington. Rafael Caro Quintero y Vicente Carrillo Fuentes, expulsados de México el jueves, acudieron ayer por separado a la presentación de cargos en el tribunal federal del distrito este de Nueva York con sede en Brooklyn, donde se les informó que si son declarados culpables de las acusaciones en su contra enfrentan condenas de cadena perpetua y hasta la pena de muerte.
Carrillo Fuentes y después Caro Quintero, en la siguiente audiencia en el mismo tribunal, se declararon no culpables por medio de sus abogados de oficio. El juez magistrado ordenó que ambos permanezcan encarcelados en espera de sus respectivos juicios.
Caro Quintero tiene programada la primera audiencia preparativa de su eventual juicio el 26 de marzo. Para Carrillo Fuentes será el 25 de marzo, ambos en este mismo tribunal, pero ahora con los jueces que se encargarán de cada uno de sus juicios.
Expulsados, no extraditados
Uno de los puntos distintivos en los casos de estos dos y aparentemente los otros 27 mexicanos entregados a las autoridades de este país es que, por lo menos en los documentos y comunicados oficiales estadunidenses, se indica que fueron expulsados, no extraditados. El juez magistrado Robert Levy pidió a los fiscales que le explicaran la diferencia entre los términos, y respondieron que la expulsión es el mecanismo usado bajo una ley de seguridad nacional mexicana para la entrega de esos acusados, lo que implica que no se tuvo que proceder con las complejidades legales de las extradiciones.
En una conferencia de prensa al concluir el proceso inicial de ambos casos, el fiscal federal John Durham y Frank Tarantino II, agente especial de la DEA, celebraron el inicio del enjuiciamiento de los famosos capos, lo cual calificaron de triunfo histórico para la justicia estadunidense.
En cuanto a Caro Quintero, subrayaron: hemos esperado 40 años para este día, de llevar ante la justicia estadunidense a quien responsabilizan de asesinar a Enrique Kiki Camarena, agente de la DEA.
Durham declaró al concluir las audiencias que durante décadas, Rafael Caro Quintero y Vicente Carrillo Fuentes han inundado a Estados Unidos y otros países con drogas, violencia y disturbios, matando a tantos en su búsqueda de poder y control, incluyendo en el caso de Caro Quintero la tortura y asesinato brutal del agente especial Camarena. Resaltó que este caso demuestra que Estados Unidos ubicará y llevará ante la justicia a quienes cometen delitos contra estadunidenses sin importar dónde están en el mundo.
Para Tarantino hoy marca un día que será recordado en la historia de la DEA, que por casi cuatro décadas ha perseguido a Caro Quintero. Hoy, éste “finalmente enfrentará las consecuencias de los delitos que cometió. No importa qué tanto tiempo tome ni dónde te escondas… La DEA asegurará que la justicia sea cumplida”. Agregó que no hay frontera que no cruzaremos si alguien se atreve agredir a la DEA.
Para resaltar el punto sobre Camarena y calificar a ambos prisioneros como algunos de los criminales más peligrosos del mundo, se presentaron más de 100 elementos uniformados de la DEA y otros agentes de seguridad pública en la audiencia.
Caro Quintero llegó a una sala enorme del tribunal federal vestido con una camisa azul sobre un uniforme anaranjado de reo, escoltado por unos cinco alguaciles federales y esposado, hasta sentarse con su abogado de oficio frente al juez Levy. No pareció mirar al público lleno de agentes de la DEA que estaban ahí como venganza por su colega caído.
La fiscal asistente Saritha Komatireddy enfatizó el punto al declarar ante el juez que los agentes presentes en el tribunal estaban ahí para honrar la memoria de uno de los suyos y también por el asesinato de otros estadunidenses, tanto directamente como por las drogas que traficaba el acusado. Pero la justicia nunca se olvida y ahora sus delitos podrían resultar en cadena perpetua y hasta la pena de muerte. Al preguntarle el juez si entendía los cargos en su contra, respondió sí, señor en español, por medio de una intérprete.
Pero primero fue Carrillo Fuentes, quien también llegó esposado con el mismo contingente de alguaciles, y respondiendo en español mediante un intérprete, indicó que entendía los cargos en su contra y sus derechos. Se le informó de siete cargos por delitos relacionados con el narcotráfico a Estados Unidos como actos de extrema violencia.
La defensa cita a Galeano
Un momento inesperado en la comparecencia de carácter administrativa fue cuando el abogado asignado de Carrillo Fuentes, al responder a las acusaciones de los fiscales del Departamento de Justicia de Estados Unidos, indicó que el caso de su cliente requiere un contexto para entender las causas de raíz de la violencia en su país y los temas subyacentes del caso, incluyendo la relación con Estados Unidos, y señaló que algunos de éstos se describen en el libro Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano.
En menos de un mes, si todo procede, Caro Quintero y Carrillo Fuentes se presentarán en este mismo tribunal –donde fueron juzgados Joaquín El Chapo Guzmán y Genaro García Luna, y donde Ismael Zambada está en espera de un posible proceso– para la primera etapa de sus eventuales juicios. Mientras tanto, estarán encarcelados en el mismo centro de detención en Brooklyn donde están El Mayo y varios reos estadunidenses de alto perfil.
Los otros 27
En Washington, el tribunal federal recibió órdenes de arresto ejecutadas indicando que los hermanos Miguel y Omar Treviño Morales –los llamados Z-40 y Z-42, respectivamente– fueron arrestados el 27 de febrero en Washington. La acusación formal afirma que ambos son líderes de Los Zetas y del cártel del Noreste. Este viernes, los abogados del Departamento de Justicia registraron una petición con el juez Trevor McFadden para que ambos permanezcan encarcelados hasta sus juicios, porque existe el riesgo de que huyan.
Pero la tarde de ayer, funcionarios del tribunal informaron a La Jornada que aun no se había programado una audiencia inicial para los hermanos. En Estados Unidos, la ley generalmente obliga a que un acusado sea presentado ante un juez 72 horas después de su arresto o traslado al país, pero hay excepciones.
Los 29 presuntos narcotraficantes entregados a las autoridades estadunidenses fueron enviados a 12 jurisdicciones diferentes, en gran medida donde fueron inicialmente acusados formalmente en Estados Unidos. En cada jurisdicción, los fiscales federales son quienes presentan las acusaciones y argumentan por su detención y los preparativos para un juicio.
Aún prevalece un misterio sobre la autoridad legal bajo la cual los 29 fueron trasladados a Estados Unidos. Por ejemplo, en la petición de su detención previa a juicio de Miguel Treviño Morales, se informa que fue llevado a Estados Unidos sólo para el propósito de su enjuiciamiento federal. Pero no se detalla cómo algunos, como los hermanos Treviño Morales, fueron entregados en Estados Unidos. Solicitudes de La Jornada para aclarar eso a los tribunales federales en Washington y al Departamento de Justicia no fueron respondidas al cierre de la edición.