Madrid. Decenas de miles de personas se manifestaron de nuevo en las calles de Valencia para exigir la dimisión del presidente de la Comunidad Valenciana, el derechista Carlos Mazón, del Partido Popular (PP), por su negligente gestión de las lluvias torrenciales del 29 de octubre pasado, que dejaron un saldo de 224 fallecidos, tres desaparecidos, decenas de miles de damnificados y cuantiosos daños materiales en toda la región.
Se trata de la quinta protesta masiva desde que ocurrió la tragedia y, pese a todo, el dirigente regional se resiste a renunciar al cargo, con lo que la izquierda se está planteando presentar una moción de censura para que necesitaría el apoyo de la extrema derecha de Vox.
Valencia se está recuperando poco a poco de la peor tragedia natural de su historia. La DANA de octubre pasado devastó la región, con más de 120 localidades gravemente dañadas, más de veinte pueblos con el tejido empresarial aniquilado y el temor a que se repita un fenómeno habitual en la zona, pero que se ha recrudecido en su virulencia y efectos tras el calentamiento del planeta como consecuencia del cambio climático.
El día de los hechos, el 29 de octubre, el presidente de Valencia se mantuvo ausente de su oficina y del centro de emergencias de la región hasta pasadas las 8:30 de la noche, cuando las riadas y las lluvias torrenciales ya habían devastada varios pueblos y se habían registrado la mayor parte de los fallecimientos. Si bien esos hechos no se dieron a conocer a la opinión pública hasta el día siguiente, cuando se informó del primer balance de víctimas mortales, alrededor de las 8 de la mañana del 30 de octubre.
Sin embargo, la ciudadanía valenciana y la oposición política está indignada ante la reconstrucción de la actuación en las horas críticas por parte del presidente Mazón, quien se ha limitado a informar que ese día estaba en una comida con una periodista de televisión que se prolongó desde las 2 de la tarde hasta después de las 8 de la noche. Si bien asegura que “en todo momento estuve informado”.
De ahí que la indignación popular vaya en aumento, con pancartas que se repiten por quinta vez consecutiva: “Ni olvido ni perdón”, “Mazón, dimisión”, “227 muertes evitables”, “el Presidente a Picassent” (la localidad donde se encuentro el mayor centro penitenciario de la región”. En esta ocasión, la manifestación coincidió con el inicio de las fiestas más importantes de Valencia, las fallas, donde el presidente Mazón decidió ausentarse del palco de honor donde se dan inicio las festividades, un hecho atípico y que se adoptó precisamente para no sufrir la repulsa popular.
La estrategia de los partidos políticos de oposición, sobre todo del Partido Socialista del País Valenciano (PSPV) y de la izquierda nacionalista de Compromis, es presentar una moción de censura que para salir adelante necesitarían de los votos a favor de la extrema derecha de Vox, que a día de hoy no se ve probable.
En las cuatro protestas anteriores, la participación ha sido masiva: 130 mil personas el 9 de noviembre, casi 100 mil el 30 de noviembre, cerca de 80 mil el 29 de diciembre, 25 mil el 1° de febrero y en esta ocasión alrededor de 20 mil.