El gobierno federal cuenta ya con las herramientas legales necesarias para que, en materia energética, los mexicanos recuperen lo que paulatinamente les arrebató el régimen neoliberal, cuyo último mandatario, Enrique Peña Nieto, intentó clavar la puntilla con lo que denominó "reforma" energética, que no fue otra cosa que la privatización de la riqueza nacional en ese sector, de nueva cuenta al servicio del país.
La Jornada (Andrea Becerril y Georgina Saldierna) lo reseñó así: "el Senado de la República aprobó las 10 leyes secundarias de la reforma constitucional en materia energética, encaminadas a revertir el proceso de privatización de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, y a devolver al Estado la rectoría de sus recursos naturales. El paquete de iniciativas de la presidenta Sheinbaum se aprobó en lo general con 85 votos a favor, 39 en contra y una abstención, en medio de una confrontación permanente de los guindas con priístas y panistas, tanto verbal como en pancartas colocadas en escaños y en dos mantas gigantescas desplegadas en el salón de plenos".
Algo más: “Morena y aliados defendieron el paquete de leyes reglamentarias que devuelve la soberanía energética a México, la que puso en riesgo la reforma de 2013 de Peña Nieto, frente a una oposición, que insistió en que se mantiene la mayor parte de ese contenido. La presidenta de la Comisión de Energía dijo que se acaba con ese modelo impuesto por los gobiernos del Prian, que convirtieron el petróleo y la electricidad en jugosos negocios privados para unos cuantos”.
Senadores de Morena, y del Partido del Trabajo subrayaron que la "reforma" peñanietista fue un sonado fracaso (para el país), pero un jugosísimo negocio para aquellos particulares que resultaron por ella beneficiados, amén de la catarata de coimas que en 2013 los operadores de Los Pinos repartieron entre legisladores prianistas para alcanzar los votos necesarios y sacar adelante la citada "reforma".
¿Qué prometió la "reforma" de EPN? De entrada, que gracias a ella los mexicanos vivirían como noruegos; se modernizaría la industria petrolera nacional; "mejoraría la economía de las familias"; "bajarán los montos de los recibos de la luz y el gas"; "se producirán fertilizantes a mejor precio"; "aumentarán la inversión y el empleo"; "con las nuevas empresas y menores tarifas habrá cerca de medio millón de empleos más en el sexenio (el de EPN) y 2 y medio millones adicionales para 2025 en todo el país"; como empresas del Estado, Pemex y la CFE "se modernizarán y darán mejores resultados".
La promesa "modernizadora" (léase privatizadora) no quedó ahí: "la producción de petróleo crudo aumentará de 2 millones 500 mil barriles diarios a 3 millones para 2018 y a 3 millones 500 mil o más para 2025, cifra histórica de producción en México"; "en el caso del gas natural, la producción pasaría de 5 mil 700 millones de pies cúbicos a 8 mil millones para 2018, y para 2025 sería de 10 mil millones".
Obvio es que nada de eso sucedió: al cierre sexenal peñanietista, la producción de petróleo crudo a duras penas llegó a un millón 800 mil barriles por día (con todo y privados), lo que se traduce en una caída de 28 por ciento respecto del inicio del mandato, y la de gas cúbico descendió a 4 millones 894 mil pies cúbicos (descenso de 24 por ciento), de acuerdo con la estadística de Pemex. Y, como en su momento lo denunció el ex presidente López Obrador, las concesiones a privados se utilizaron para especular en los mercados financieros, con una producción verdaderamente raquítica que en nada ayudó al país.
De acuerdo con esa misma estadística, la producción privada de crudo (gracias a la "reforma" energética de Peña Nieto) resultó ínfima en contraste con las promesas: a lo largo de los años ronda uno por ciento del total. En 2019 a duras penas representó 0.99 por ciento del total y para 2024 se "incrementó" a 1.02 por ciento, y este es uno de los resultados concretos de la reforma energética peñanietista, la cual, felizmente, ya fue cancelada.
Las rebanadas del pastel
Al payasito de la tele, Volodymir Zelensky, se le acabó la beca gringa: Trump lo mandó a paseo (no más dinero ni armas) y lo corrió de la Casa Blanca ("estás jugando a la tercera guerra mundial y sin nosotros no tienes cartas; no tienes derecho a dictar a Washington qué hacer", le gritó). Ahora, el plañidero cuan chantajista "presidente" de Ucrania se ha quedado solo, porque, como siempre, sus "amigos" europeos seguirán las instrucciones de la Casa Blanca. Hasta nunca, bufón.
X: @cafevega