°C -
|

La Jornada

Últimas noticias
Anuncio
Anuncio

Ocalan retoma la palabra para la paz

Imagen
Partidarios muestran un cartel que representa al líder encarcelado del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Ocalan. Foto Afp
27 de febrero de 2025 10:41

Ocalan, desde la isla prisión de Imrali, hace una nueva propuesta de paz. Ya son varias las veces que Turquía ha traicionado, ya son demasiadas las veces que el mundo ha hecho la vista gorda ante la masacre del pueblo kurdo. Ocalan, el Nelson Mandela de Oriente Medio, en 26 años de confinamiento solitario desarrolló la idea, más tarde puesta en práctica por su pueblo del Confederalismo Democrático, una idea revolucionaria de coexistencia. El 27 de febrero de 2025, tras la tercera reunión política con el partido Dem que rompió años de aislamiento total, Ocalan volvió a tomar la palabra. Una vez más Turquía impidió que el fundador del PKK hablara directamente, fueron Ahmet Türk (ex alcalde de Mardin) y Pervin Buldan (copresidenta del Partido Democrático de los Pueblos) quienes leyeron la carta de Ocalan al pueblo kurdo que esperaba mirando las pantallas gigantes instaladas en Van y Dyarbakir.

“El PKK nació en el siglo XX, en la época más violenta de la historia de la humanidad, entre las dos guerras mundiales, a la sombra de la experiencia del socialismo real y de la guerra fría en el mundo. La negación de la realidad kurda, las restricciones a los derechos y libertades fundamentales -especialmente la libertad de expresión- desempeñaron un papel importante en su nacimiento y desarrollo", escribe Ocalan al principio de su carta, en la que repasa en los primeros párrafos retazos de la historia, no sólo de la lucha del PKK, de Oriente Próximo. Culpa al capitalismo de las desavenencias creadas entre el pueblo kurdo y el turco. 

"La necesidad de una sociedad democrática es inevitable. El PKK, la insurrección y el movimiento armado más largo y extenso de la historia de la república, encontró una base social y un apoyo, y se inspiró principalmente en el hecho de que los canales de la política democrática estaban cerrados”, prosigue Ocalan, para pasar a una nueva fase lanzando »un llamamiento a deponer las armas". El fundador del PKK, consciente de la historia y la profundidad de la propuesta, escribe: «Asumo la responsabilidad histórica de este llamamiento». La carta continúa «Como haría voluntariamente cualquier comunidad y partido moderno cuya existencia no ha sido abolida por la fuerza, convoquen su congreso y tomen una decisión; todos los grupos deben deponer las armas y el PKK debe disolverse».

Ocalan, a modo de desafío, recoge la propuesta del líder del MHP, partido ultranacionalista con inflexiones paramilitares, Devlet Bahceli, y acepta un desafío sin precedentes, inesperado hasta hace unos meses, especialmente la escalada de violencia turca contra el norte y el este de Siria tras el fin del régimen de Assad. Ocalan y la antigua resistencia kurda se han acostumbrado a romper la norma y a elaborar propuestas innovadoras, que han chocado con las críticas y la oposición incluso desde dentro. 

El miedo a una nueva traición late, probablemente en muchos corazones, junto al sueño de abrir un camino de paz en un mundo donde la retórica de la guerra se ha vuelto asfixiante, donde se habla de paz armando ejércitos, donde los acuerdos neocoloniales se cambian por apretones de manos. Ocalan, asumiendo su responsabilidad, baraja las cartas, no sale de la baraja, sino que intenta jugar a otro juego. Ahora sólo queda por ver si los pueblos en resistencia del Kurdistán aceptan la propuesta, y cómo se organizan para resistir la posible nueva traición de Turquía. Un desafío, quizá el más audaz, que Ocalan ha planteado desde 1971. Si Turquía no liberá a Ocalan, todo, pero, será imposible. Esa es la condición. Ahora es urgente, importante y necesario.

Ocalan retoma la palabra para la paz

Ocalan y la antigua resistencia kurda se han acostumbrado a romper la norma y a elaborar propuestas innovadoras, que han chocado con las críticas y la oposición incluso desde dentro.

Reforma judicial, comunicación y guerra cultural

No tenemos en la Constitución una jerarquía jurídico-político profunda que habilite a los pueblos para la defensa de su identidad comunicacional

Sacha, hasta siempre

Cuando ya estaba herido de muerte y no lo sabía, dijo al diario Granma que era muy afortunado: “Porque tengo personas que me quieren y a quienes quiero, porque siento que mi trabajo no ha sido inútil...”
Anuncio