Londres. El sector industrial estadunidense será el que más pierda con los posibles aranceles estadunidenses al cobre, según analistas, ya que se prevé que los costos aumenten significativamente durante lo que sería un largo proceso de reactivación de la minería y el refinado local del metal.
El presidente Donald Trump lanzó el martes una investigación sobre posibles nuevos aranceles a las importaciones de cobre, diciendo que ayudarían a impulsar la producción estadunidense.
Estados Unidos importa casi la mitad del cobre que necesita, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, y la producción de sus minas de cobre ha caído 11 por ciento desde 2021, ya que los mineros tienen dificultades para ampliar las minas existentes y desarrollar nuevos proyectos.
Los mayores proveedores son Chile, Canadá y México.
“Estados Unidos no tiene ninguna posibilidad de reforzar su propia producción y capacidad de refinación en el corto plazo, por lo que esto parece otro autogol”, dijo Ole Hansen, jefe de estrategia de materias primas de Saxo Bank en Copenhague.
La prima de los precios en COMEX sobre el cobre internacional de referencia en la Bolsa de Metales de Londres (LME) subió a 816 dólares por tonelada métrica el miércoles desde 580 dólares del día anterior, pero sigue bajo el máximo histórico de mil 153 dólares alcanzado el 13 de febrero.
En Estados Unidos sólo operan dos fundiciones de cobre.
Asarco, controlada por el conglomerado industrial Grupo México, dijo en mayo del año pasado que planeaba volver a poner en marcha su fundición de cobre paralizada en Estados Unidos.
“Pero no ha habido noticias desde entonces y no hay otras fundiciones recientemente paralizadas, mientras que la construcción de una nueva llevaría más de dos años”, dijo Amy Gower, analista de Morgan Stanley, en una nota.
“La construcción de nuevas minas de cobre llevaría mucho más tiempo, y muchas de ellas se enfrentarían a problemas de permisos”, añadió.
El desarrollo de la mina Resolution Copper de Río Tinto y BHP en Arizona está en suspenso, tras enfrentarse a la oposición de los nativos americanos.