Washington. Más de 20 empleados del servicio civil renunciaron el martes al Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) de Elon Musk, el asesor multimillonario del presidente Donald Trump, afirmando que se niegan a utilizar su experiencia técnica para “desmantelar servicios públicos indispensables”.
“Juramos servir al pueblo estadunidense y mantener nuestro juramento a la Constitución en las distintas administraciones presidenciales”, escribieron los 21 empleados en una carta de renuncia conjunta, de la cual The Associated Press obtuvo una copia. “Sin embargo, ha quedado claro que ya no podemos honrar esos compromisos”.
Los empleados también advirtieron que muchas de las personas reclutadas por Musk para ayudarlo a reducir el tamaño del gobierno federal durante la administración del presidente Donald Trump eran ideólogos políticos que no contaban con las habilidades o la experiencia necesarias para la tarea que tenían por delante.
La renuncia masiva de ingenieros, científicos de datos y gerentes de producto representa un revés temporal para Musk y la purga en la fuerza laboral federal, impulsada por la tecnología, del presidente republicano. Esto ocurre en medio de una serie de impugnaciones judiciales que han buscado frenar, detener o deshacer los esfuerzos por despedir o coaccionar a miles de trabajadores del gobierno a dejar sus empleos.