Ciudad de México. La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) advirtió que ante la política asumida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hacia México de manera especial y hacia el mundo en general, por las diversas medidas adoptadas, puede haber soluciones en un clima de unidad entre las fuerzas políticas, pero “debemos aceptar y reconocer que el verdadero enemigo lo tenemos en nuestro propio país donde necesitamos una auténtica unidad nacional”.
Dicha unidad contribuiría a “superar nuestros graves problemas internos que no han sido debidamente atendidos durante años y cada vez se agravan más”.
Enseguida, en su pronunciamiento, la CEM enumera los “problemas no resueltos”: la desigualdad, la pobreza, la corrupción, inseguridad “que extiende su furia sanguinaria en territorios cada vez más amplios” por el crimen organizado, responsable del narcotráfico y la extorsión, entre otros delitos y asuntos sin solución, de acuerdo con la jerarquía de la iglesia católica.
El documento firmado por el presidente de la CEM, obispo Ramón Castro Castro, agrega: “también debemos ocuparnos en la reconstrucción del Estado de derecho en el país, ya que estamos experimentando un deterioro institucional al grado que ya no rige la ley, sino la voluntad de quien se impone”.
No obstante, los obispos señalan que debe prevalecer la unidad nacional, convocada por las autoridades políticas, comenzando por la Presidencia de la República, para superar la división y confrontación social. La iglesia se compromete a colaborar en esta tarea.
También para continuar con los diálogos en la construcción de la paz, propiciar mayores inversiones para el desarrollo económico con mejores condiciones laborales, en particular para los jóvenes.
De manera implícita, la CEM se refiere a los programas sociales y dice que este sector de la población “necesita menos apoyos que generan dependencia y más formación y oportunidades de trabajo”.