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La Amazonia frente al rey Trump

24 de febrero de 2025 00:01

En 2022 por primera vez se presentó al público en las ciudades de Sao Paulo y Río de Janeiro, Brasil, el último gran proyecto de Sebastião Salgado: Amazonia, integrado por 200 fotografías en blanco y negro que permiten acercarse a los graves problemas que registra el mayor bosque tropical del planeta. Ese proyecto puede admirarse ahora en el Museo Nacional de Antropología y adquiere gran relevancia para nuestro país, pues cada año se pierden por incendios y deforestación decenas de miles de hectáreas.

El fotógrafo y activista efectuó 50 expediciones a la Amazonia como parte de su proyecto y convivió con más de 10 comunidades indígenas que allí padecen los problemas de la deforestación y el despojo de lo que ha sido por miles de años su patrimonio cultural, social y económico. Esas coumunidades lograron establecer una sabia relación con la biodiversidad. Pero, como anota Salgado, los problemas fundamentales no se relacionan con el medio natural, sino con las actividades humanas, la sociedad de consumo del mundo y en especial la llegada de múltiples intereses económicos ligados a los políticos, ninguno vinculado al cuidado de la Amazonia.

Este gran proyecto de Salgado se ha presentado en otras ciudades importantes y a la vista de millones. Como en París, donde una selección de fotografías se exhibió en la concurrida estación Hotel de Ville del Metro y en la sede de la Filarmonia. Un bello libro de gran tramaño bajo la supervisión de Wanick Salgado, esposa del fotógrafo, fue publicado en 2021 por la editorial alemana Taschen.

Además de la importancia que tiene por su biodiversidad, requerimos la Amazonia porque contiene aproximadamente 20 por ciento del agua dulce del mundo. Y de ella se origina una humedad de gran magnitud, indispensable para regular el clima. El río más caudaloso de la tierra corre por ese enorme pulmón verde y es el que aporta la mayor cantidad de agua al océano Atlántico. Y algo básico: cualquier acción gubernamental, de la sociedad civil, de los científicos en pro de la Amazonia, requiere la participación activa y permanente de las comunidades originarias.

Pese a todas las alertas internacionales que se dan desde hace décadas para conservar tan preciado territorio, sigue la deforestación para dar paso a las actividades agropecuarias intensivas. En apenas 30 años, de 1988 2019, se deforestó poco más de 17 por ciento de la superficie amazónica, la cual asciende a 5.5 millones de kilómetros cuadrados, casi dos veces la de México.

Durante el gobierno del derechista Jair Bolsonaro la tala aumentó casi 80 por ciento respecto del primer gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y de quien le sucedió: Dilma Rousseff. Bolsonaro, además, prohijó la presencia de las bandas criminales dedicadas al narcotráfico al retirar la protección que tenían los territorios indígenas. Noticia mundial fue el asesinato el 15 de junio de 2022 del prolífico periodista británico Dom Phillips y del indigenista brasileño Bruno Pereira.

Los mataron en el valle del Yavari, área donde viven más de 20 comunidades originarias. Muchos de ellos nunca han tenido contacto con seres humanos externos a sus tribus. En esa zona también convergen grupos armados que se financian con el narcotráfico, la minería y la tala ilegal, debido a su cercanía con las fronteras con Colombia y Perú. Salgado culpó directamente al gobierno de Bolsonaro del asesinato de ambos activistas. En contraste, el asesinato de indígenas a duras penas aparece en los medios locales.

Para salvarla de la destrucción, los gobiernos que la comparten, Brasil, Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú, Bolivia, Guyana y Surinam, han firmado acuerdos para revertir la situación de deterioro. Sin embargo, por el aumento en las temperaturas el año pasado registró incendios descontrolados y sequía extrema. Y ésta última, a su vez, los peores incendios desde 2005. Según las autoridades, muchos de ellos fueron provocados a fin de abrir terrenos para la ganadería extensiva.

Con el ascenso del rey Trump y sus magnates al gobierno de Estados Unidos, nada bueno espera a la Amazonia. La exposición de Salgado es un llamado a evitar su destrucción. A un frente común internacional para evitar lo peor . De lo contrario, todo el planeta sufrirá sus efectos negativos.

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