York, Pensilvania, EU. El hombre que, según las autoridades, entró en un hospital de Pensilvania con bridas y una pistola durante el fin de semana tuvo contacto reciente con la unidad de cuidados intensivos del hospital, donde tomó a miembros del personal como rehenes y murió en un tiroteo que dejó a un policía muerto y otros heridos.

Los investigadores no dieron a conocer el domingo nueva información sobre un posible motivo del tiroteo en el Hospital UPMC Memorial en York el sábado, en el que un médico, una enfermera, un conserje y otros dos oficiales resultaron heridos.

Pero el fiscal de distrito del condado de York, Tim Barker, dijo durante una conferencia de prensa el sábado que el hombre, identificado como Diogenes Archangel-Ortiz, de 49 años, parecía haber tenido contacto reciente con la UCI "por un propósito médico que involucraba a otra persona". No dio a conocer ningún detalle ni identificó la relación de Archangel-Ortiz con la persona, citando preocupaciones de privacidad.

Si bien la investigación se encuentra en sus primeras etapas, Barker dijo que después de ver un video de vigilancia y revisar las declaraciones de la policía y los trabajadores, parecía que el tirador apuntó intencionalmente a los trabajadores allí.

Se informó que los trabajadores del hospital heridos se encontraban en condición estable el domingo, y los funcionarios de UPMC dijeron que estaban "progresando en su recuperación". El hospital permaneció cerrado a los visitantes.

“Sabemos que las familias y los visitantes son vitales para ayudar a los pacientes a sanar, y estamos trabajando para que las visitas sean posibles nuevamente”, dijo el hospital en un comunicado.

Barker dijo que los propios oficiales de seguridad del hospital fueron los primeros en llegar a la escena y que el hombre armado les disparó, lo que provocó una llamada de refuerzos.

Decenas de agentes de distintas agencias acudieron al lugar. Cuando intentaron acceder a la UCI, el pistolero apuntó con su pistola a una empleada y ordenó a la policía que retrocediera detrás de las puertas. Los agentes obedecieron para asegurarse de que la trabajadora no resultara herida.

Las autoridades dijeron que Arcángel Ortiz terminó entrando al pasillo con el miembro del personal, con las manos atadas con bridas.

“Los oficiales, sin ningún recurso, abrieron fuego”, dijo Barker, y el pistolero fue asesinado.

El oficial que murió fue identificado como Andrew Duarte, de 30 años, del Departamento de Policía del Municipio de West York.

Duarte era un veterano de las fuerzas del orden que se unió al departamento en 2022 después de cinco años en el Departamento de Policía de Denver, según su perfil de LinkedIn. Describió haber recibido un "premio al héroe" en 2021 de Mothers Against Drunk Driving por su trabajo en la aplicación de la ley sobre conducción en estado de ebriedad en el estado de Colorado.

El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, ordenó que las banderas ondearan a media asta en honor a Duarte.

Los dos oficiales heridos, de los departamentos de policía del condado de Northern York Regional y del municipio de Springettsbury, se encontraban en condición estable. Sus identidades no fueron reveladas de inmediato.

El tiroteo fue el último episodio de una ola de violencia con armas de fuego que en los últimos años ha arrasado hospitales y centros médicos de Estados Unidos, que han tenido dificultades para adaptarse a las crecientes amenazas.

Estos ataques han contribuido a convertir la atención sanitaria en uno de los campos más peligrosos del país, donde los trabajadores sufren más lesiones no mortales a causa de la violencia en el lugar de trabajo que los trabajadores de cualquier otra profesión, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.