A pesar de que más niñas y mujeres logran ingresar a licenciaturas científicas actualmente, aún es muy difícil que logren cursar un posgrado, y aún más que se dediquen a la investigación y a la academia. Ahí es donde hay un bache importante
, afirma la profesora-investigadora Isaura Fuentes Carrera, astrofísica de la Escuela Superior de Física y Matemáticas (ESFM) del Instituto Politécnico Nacional.
La experta en cinemática (campo de la física que se ocupa del movimiento de los objetos a través del espacio y el tiempo) y dinámica de galaxias, reconoce que las mujeres aún enfrentan desafíos para un desarrollo pleno en el campo de las ciencias.
Tan simple como el deseo de formar una familia. Muchas mujeres desean tener hijos y, en el campo científico, si bien se han incluido cada vez más cláusulas que permiten que una joven investigadora se ausente hasta por un año por maternidad, no es tiempo suficiente para atender a un hijo pequeño
, considera.
La doctora en astrofísica, explica en entrevista con La Jornada que la mayoría de las mujeres que deciden tener hijos tienen una pareja que suele no ocuparse a la par que la mujer en la crianza de los niños y el mayor peso de esa tarea inevitablemente recae en la mujer. Además, coincide la edad reproductiva con la etapa más provechosa de las investigadoras en la ciencia
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Muchas veces, narra, vemos a las jóvenes que cursaron un doctorado, hicieron un posdoctorado, y sienten la necesidad de ser madres, de no esperar más, y es cuando surge el conflicto, porque todo nuestro sistema social sigue siendo muy patriarcal
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Y en el sistema científico se impone esta idea de producir, sobresalir, ir más y más adelante. Y en ese esquema la idea de voy a hacer una pausa o quiero compartir mi tiempo para la investigación con tener un hijo, es algo que todavía no está bien visto
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Pugnas en la academia
–¿Qué es lo que obstaculiza el desarrollo de una carrera científica para las mujeres?
–Hay mucha competencia interna entre los propios investigadores. Se imponen las reglas del juego. Se compite con otra investigadora de tu mismo nivel, pero que está en Australia, y viene una pugna por la producción de conocimiento. Creo que es porque aún subsiste un sesgo machista en la ciencia.
“Hay una anécdota de una investigadora en Estados Unidos que narra que, cuando era joven, en el instituto donde trabaja haciendo su investigación había únicamente dos mujeres investigadoras. Una era la dura, la exigente y la otra era la loca. Nadie quería trabajar con la difícil ni con la loca, que aunque tenía muy buenas ideas, estaba loca.
Así eran las etiquetas, y creo que aún sigue habiendo esta idea de que si somos mujeres y producimos una idea, habrá que ver si realmente es tan buena. Se nos sigue juzgando por los artículos que publicamos, los alumnos que asesoramos, y eso requiere tiempo.
Labores de cuidados
–¿Cuál sería entonces la alternativa?
–Lo ideal sería decir serenémonos todos y todas. Empecemos por la crianza conjunta, por el cuidado. En congresos científicos, por lo menos en los astronómicos, ya hay guardería. Porque antes, tenías a la pobre investigadora antes de dar su charla cargando a su hijita en brazos, intentando que no llorara, y si lo hacía, debía salir del congreso y regresar corriendo a dar su plática mientras alguien más cuidaba a su pequeña.
Ahora, poco a poco, se van instituyendo estos espacios de cuidado, que son lo mínimo que se debe ofrecer, y se están comenzando a analizar cuestiones laborales que incluyen la maternidad tanto de investigadoras como alumnas
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Tengo una estudiante que decidió en la maestría tener a su hijo, y ahí va. Le está costando trabajo, porque es doble, triple carga. Y todo esto, considero, que es lo que hace que aún ahora seamos menos mujeres en las disciplinas científicas que los hombres
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Fuentes Carrera, quien encabeza las acciones de promoción de la inclusión de niñas y mujeres en la ciencia en la ESFM, y quien antes de decidirse por una carrera científica pensó en tener una banda de rock o ser cineasta, destaca que vivimos un momento central para incentivar a más adolescentes y jóvenes a estudiar carreras de campos científicos.
No podemos olvidar que nuestra actual presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, es física y es una mujer científica. Así que cuando en casa se les diga para qué quieres estudiar ciencias como física, matemáticas o astrofísica, ya pueden responder: bueno, puedo ser presidenta
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Denunciar abusos
Reconoce que el acoso y los obstáculos para que las mujeres ingresen en las mismas carreras científicas que los hombres aún subsisten. “Normalizamos muchos de estos comentarios, como: ‘es que es una carrera muy difícil’, o lo peor, que te digan: ‘para qué estudias eso, si ni lo vas a acabar’. Me parece terrible que alguien pueda hacer ese señalamiento a cualquier persona, y más si es una joven”.
–¿Qué hacer ante actos de acoso o comentarios negativos contra alumnas o investigadoras?
–A las estudiantes, a las jóvenes, les digo que si hay un comentario, algo que les molesta, porque es muy difícil confrontar a un profesor, en la ESFM ya tenemos una red de género, que se dirijan a la red de género con una profesora y que lo denuncien, que no se queden en el silencio.
“Considero que también es importante que si eres estudiante hombre y ves estas cosas, tienes que decir eso no está bien
, porque al final, en esta sociedad patriarcal a las mujeres nos va de la patada, pero a los hombres también, porque muchos tienen que pretender ser algo que no quieren ser. También hay ataques por que no se burlan, porque no repiten el insulto. Esto no le ayuda a nadie, y al afectar a nuestra sociedad, también se incide en muchas actividades, como la ciencia”.
–¿Hay mecanismos para erradicar estos comportamientos?
–Podemos ser más horizontales en los diálogos y en la toma de decisiones. Al final, lo que buscamos es la mejora de todas y de todos. Y aunque no tengamos hijos, todas tenemos nuestra capacidad de maternar, y eso nos vuelve solidarias. Es esa capacidad de querernos entre nosotras y que es innata al hecho de ser mujer.