Ciudad de México. El reto del Instituto Nacional Electoral (INE) es comunicar a la ciudadanía los pormenores de la elección judicial y, sobre todo, explicar el complejo sistema judicial y la forma sin precedente de elegir a 881 personas juzgadoras.
Si bien en 22 días estarán listas las boletas correspondientes a dos de las seis contiendas del domingo 1 de junio próximo, y en las semanas siguientes estarán listos toda la documentación electoral, la ciudadanía nunca ha votado de esta manera, frente a más de 4 mil nombres de candidatos.
Tan solo la boleta de candidaturas a un lugar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene 64 nombres y la de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, 16 candidaturas.
La consejera Carla Humprhey propuso que el ciudadano tachara o marcara de alguna manera el nombre de su candidato de su preferencia, pero esta opción no pasó en los órganos de decisión del INE.
En cambio, frente a una lista de nombres, el elector debe escribir en los recuadros colocados en la parte superior de la boleta los números correspondientes a sus elegidos, situación que le parece discriminatoria para las personas que no saben leer y escribir, así como para los invidentes.
“Es un tema de discriminación a por lo menos 4.14 por ciento de la población que no saben leer ni escribir y también las personas con ceguera. Aquí el Instituto pudo haber un esfuerzo importante para que fuera más fácil señalar la candidatura por la que cada persona quisiera votar, poniendo una señal al lado del nombre y no necesariamente tener que escribir arriba de todos los nombres el número de cada una de las candidaturas. En ese tema el INE queda a deber”, comentó en entrevista.
El proceso de organizar la elección ha sido inusual y no libre de problemas, pues la reforma constitucional y de sus leyes secundarias dejó al INE fuera de tareas típicas como el registro de candidatos y la activación de mecanismos de sustitución, y se determinó que el conteo inicial de votos no las harán los ciudadanos (funcionarios de casilla) sino en los consejos distritales del INE.
En ese contexto otro reto para el INE es alentar la participación ciudadana a esta elección inédita y compleja; la más reciente elección no típica fue la consulta ciudadana de revocación de mandato, que tuvo apenas 17 por ciento de asistencia a las urnas, considerado por los consejeros como un rango base.