El rescate siempre fue posible, pero, por instrucciones de Larrea, Vicente Fox, entonces inquilino de Los Pinos, canceló el operativo cinco días después de la tragedia; impidió la participación del Sindicato Minero (que conocía perfectamente los túneles donde se encontraban sus compañeros y el acceso a ellos); ordenó un cerco militar y reprimieron a los deudos. Después, promesas vacuas e impunidad al Grupo México y a su dueño, quien, sin más, hizo que el Estado mexicano asumiera la tarea y el gasto de un rescate que les correspondía.
En el recuento, Fox prometió
todo e incumplió todo: los trabajos de rescate no se han suspendido
; investigaremos a fondo lo sucedido
; la empresa debe dar cabal cumplimiento a sus obligaciones
; la suspensión de labores sólo será por tres días
(ya suman 19 años). Nada hizo: los deudos quedaron en el aire (hay que recordar que Germán Larrea fue uno de los principales aportantes financieros a la Fundación Vamos México, de Marta Sahagún), pero los diputados prianistas regalaron al barón otro jugoso negocio, al aprobar reformas a la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional y a la ley minera para entregar al sector privado la explotación del gas metano (gas grisú) asociado a los yacimientos de carbón (el causante de la explosión en Pasta de Conchos).
A la par, gobierno y Larrea se ensañaron con el sindicato nacional de mineros y de su dirigente, Napoleón Gómez Urrutia, quien fue al exilio tras la persecución y constantes amenazas de muerte para él, su esposa e hijos, mientras a los deudos de Pasta de Conchos los reprimieron y les dieron largas y más largas, siempre apostando al olvido.
Lo mismo sucedió con Felipe Calderón: haré todo lo posible para que los cuerpos tengan cristiana sepultura
; la mina de Pasta de Conchos no será cerrada
(Larrea lo hizo dos semanas después de ese compromiso
y despidió a 250 trabajadores). A su vez, el secretario calderonista del Trabajo, Javier Lozano, reconoció que Grupo México tuvo la mayor parte de la responsabilidad, porque estaba obligado a cumplir con condiciones de seguridad; no voy a solapar a ningún servidor público ni taparé a ningún personaje
. No hicieron absolutamente nada.
Peña Nieto ni siquiera se tomó la molestia de mencionar el homicidio industrial en Pasta de Conchos, pero, eso sí y al igual que Fox y Calderón, continuó entregando concesiones mineras a Larrea y garantizándole impunidad total.
López Obrador se comprometió a rescatar los restos de los mineros, pero encargó la tarea a Luisa María Alcalde, entonces secretaria del Trabajo, que nada hizo (salvo pedir paciencia
a las viudas). Por ello, entró en acción la Comisión Federal de Electricidad y se registraron los primeros resultados: el 14 de junio de 2024 localizó los restos de uno de los 63 mineros sepultados. Desde entonces, no se ha sabido más.
En la mañanera de ayer, la presidenta Sheinbaum se refirió a esta asignatura pendiente: Pasta de Conchos continúa; vamos a seguir hasta rescatar el último cuerpo del último minero; no se va a suspender este trabajo, lo está haciendo CFE, y ya ha habido rescates muy importantes
. Recordó que en 2006, “estábamos en vilo todas las mexicanas y mexicanos esperando el rescate de los mineros; de pronto, suspendieron los trabajos… Y las familias estuvieron pidiendo durante muchísimos años el rescate de los cuerpos”.
Ese es el balance de 19 años, y contando, con impunidad garantizada para el tóxico Germán Larrea.
Las rebanadas del pastel
Como vil pato salvaje (a cada paso, una deposición), cada día que transcurre Javier Milei se hunde más en el pantano de la corrupción: al fraude por él promovido mediante una criptomoneda (un esquema idéntico, y con iguales resultados, al utilizado una semana atrás por el presidente de la República Centroafricana, Faustin-Archange Touadéra), ahora suma la censura oficial a medios de comunicación argentinos, mientras se documentan coimas por millones de dólares para su primer círculo, algo que salpica a su hermana Karina, conocida como El Jefe. Y lo que falta.
X: @cafevega