La cosecha de los cuatro granos básicos –maíz, frijol, trigo y arroz– definidos con el propósito de lograr ser autosuficientes en su producción, registró disminuciones significativas durante el sexenio del presidente López Obrador, a la par que sus importaciones crecieron, aumentando la dependencia alimentaria del país.
El maíz ha concentrado los reflectores, ya que por primera vez México sólo produjo la mitad del maíz que consume, considerando personas, industria y animales. En 2024 las importaciones de maíz ascendieron a 23.6 millones de toneladas, récord nunca reportado; 99.7 por ciento de las importaciones tienen su origen en Estados Unidos. La producción que aún no termina de cosecharse se estima se reduzca a 23.6 millones de toneladas, 12 por ciento menor que la de 2018.
Estas reducciones no parecen responder a una situación coyuntural, sino que remiten a la política agrícola aplicada y a la falta de recursos para atender la sequía. Los programas de subsidios al maíz (según el Censo Agropecuario 2022) se dirigieron a 77 por ciento de la producción de temporal, pero sólo a 16 por ciento de la de riego. Así, en 2023 sólo 12.3 millones de toneladas fueron sujetas a algún apoyo, en tanto que 13.9 millones de toneladas no tuvieron ninguno.
Esto debido a que los subsidios no se otorgaron para reducir la incertidumbre que caracteriza a la producción agrícola, o la volatilidad de sus precios, ni para nivelar, aunque fuera un poco, las asimetrías de los maiceros mexicanos con los del país del norte.
Los subsidios se orientaron a reducir la pobreza. Así, la rentabilidad de la producción ha estado cada vez más presionada y muchos agricultores se han visto obligados a dejar la actividad. En 2024, el ciclo otoño-invierno registró drásticas reducciones en la superficie sembrada y en la producción, que sólo alcanzó 4.9 millones de toneladas, a diferencia del año anterior, 8.9 millones.
La producción de frijol tuvo grandes variaciones en el periodo sexenal para finalmente cerrar con una caída de 9 por ciento respecto de 2018. En ese año México produjo 88 por ciento del frijol que se consumió, pero para 2024, únicamente produjo 67.3 por ciento. Las importaciones de medio millón de toneladas fueron récord.
Casi el total de la producción de frijol es de temporal. En el sexenio anterior al cambiar la asignación de subsidios y programas sólo para los productores pequeños y medianos, los productores de frijol demandaron ser considerados medianos aunque tuvieran 30 hectáreas de cultivo, a diferencia del resto de los granos en que se apoyó sólo a los que tienen 20 hectáreas de temporal o cinco de riego. El arroz redujo su exigua producción en 20 por ciento para 2024, respecto de la obtenida en 2018.
En ese año se produjo en el país 22 por ciento del arroz que se consumió, pero para 2024, sólo se produjo 16 por ciento. Las importaciones de este cereal provienen mayoritariamente de Estados Unidos y en menor medida de Tailandia. El trigo no es una excepción. 2018 fue un mal año para el trigo, pues sólo se produjeron 2.9 millones de toneladas, a diferencia de los más de 3.5 millones de toneladas producidos los años previos.
Aunque en varios años del sexenio en revisión se superaron 3 millones de toneladas, 2024 concluyó con una producción de sólo 2.7 millones de toneladas. Las importaciones, por el contrario, aumentaron 20 por ciento. En 2018 se produjo en el país 37 por ciento del trigo que se consumió, pero para 2024 sólo se produjo 31 por ciento. Las importaciones provienen en su mayoría de Estados Unidos. La producción de trigo es mayoritariamente de riego, sólo 4 por ciento de la producción se cosecha en temporal. El grueso de la producción de riego (91 por ciento) la aportan agricultores de más de cinco hectáreas, que no fueron sujetos a programas de subsidios, salvo en algunas ocasiones a precios de garantía.
En 2023, cuando los precios internacionales cayeron los trigueros tuvieron enormes dificultades para comercializar su producción y se sumaron a las movilizaciones de los productores de maíz. Para 2024, la falta de agua y de apoyos a los agricultores ha provocado una fuerte reducción de la superficie sembrada para el próximo ciclo, que alcanzará cerca de un sexto de la sembrada en años previos. Esto provocará que las importaciones aumenten más en 2025. México es cada vez más dependiente de las importaciones de granos básicos de Estados Unidos.
Sin apoyos a los productores ni fomento a su organización, la planta productiva agrícola seguirá destruyéndose y la producción de granos básicos será menos rentable. Los productores de granos han sido los perdedores netos del libre comercio, pues deben competir en condiciones asimétricas con los de EU.
Si se mantiene la reducción de los apoyos a la agricultura comercial, y no se establecen sistemas de financiamiento, seguros, comercialización, los productores medianos serán los primeros eliminados. La producción que ellos aportan al mercado será absorbida por las importaciones de las trasnacionales y por la gran agricultura industrial, agudizando la dependencia alimentaria del país, en un momento de tensas relaciones con el vecino del norte.