Guadalajara, Jal., Hace 17 años el niño Miguel Ángel López Rocha, entonces de ocho años, cayó a las aguas del río Santiago y murió a las dos semanas intoxicado por arsénico que tragó del caudal; desde entonces organizaciones comunitarias han documentado 4 mil 146 personas enfermas y 2 mil 842 fallecidas por afecciones relacionadas con la contaminación del agua, sólo en el municipio de El Salto.
Por ese motivo, ayer, en conferencia de prensa, pidieron a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo que la inversión de 7 mil millones de pesos anunciada por la titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcena, para sanear la cuenca, sea un fondo y logre ese objetivo.
La directora del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario, María González Valencia, junto con Raúl Muñoz Delgadillo, del Comité de Defensa Ambiental de El Salto, entre otros ambientalistas que han pugnado por el rescate del Santiago, pidieron a Sheinbaum Pardo “que no exista simulación o derroche de dinero público”.
Insistieron en que debe ser un programa que no esté basado sólo en la construcción de plantas de tratamiento, sino que se vea de forma integral el saneamiento, con acciones como sanciones ejemplares a la industria que incumple la normatividad ambiental.
“Demandamos la derogación de la Ley de Aguas Nacionales, privatizadora, neoliberal y la promulgación de una nueva y única Ley General de Aguas que garantice el más alto grado de cumplimiento del derecho humano al recurso y al saneamiento, y la modificación del sistema de concesiones”, expuso González Valencia.
Los activistas recordaron que la tragedia del río Santiago ha sido retomada incluso por escritores como Eduardo Galeano, en su libro Los hijos de los días, donde se refiere al “peligro de jugar”.
“En el año 2008, Miguel López Rocha, que estaba brincando en las afueras de la ciudad de Guadalajara, resbaló y cayó al río Santiago. No murió ahogado. Murió envenenado. El río contiene arsénico, ácido sulfhídrico, mercurio, cromo, plomo y furanos, arrojados a sus aguas por Aventis, Bayer, Nestlé, IBM, DuPont, Xerox, United Plastics, Celanese y otras empresas, que en sus países tienen prohibidas esas donaciones”, escribió Galeano.
“Lamentablemente la devastación socioambiental de todo el territorio de la ribera del río Santiago y del Lago de Chapala se agravó, proliferando las enfermedades crónico-degenerativas en la población, provocadas por la exposición permanente a sustancias tóxicas y peligrosas concentradas en tierra, agua, aire, suelo y los organismos de las personas”, acusó González Valencia.