El creciente flujo migratorio a causa de la deportación de personas desde Estados Unidos generará presiones a los mercados laborales
de América Latina y el Caribe, advirtió la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al tiempo que apuntó que los gobiernos deben prepararse para atender a connacionales y solventar la demanda adicional de empleos.
Todavía es temprano para predecir la magnitud del impacto, pero lo que nos han dejado como lección los flujos migratorios crecientes es que el ingreso de trabajadores migrantes que buscan ocuparse genera presiones a los mercados laborales
, señaló Gerson Martínez, especialista de la oficina regional de la OIT.
Durante la presentación virtual de un informe de empleo regional, reiteró que los servicios públicos de empleo jugarán un rol clave
en la atención de personas migrantes, de quienes, subrayó, es importante aprovechar el potencial y habilidades que puedan aportar a los países de destino.
Sobre la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, el especialista declaró que el impacto dependerá tanto de los niveles tarifarios como del tiempo en que permanezcan establecidos.
Los sectores que tienen mayor vocación exportadora, como el primario e industrial, tendrán algún efecto que está por verse, y eso tendría una consecuencia en la capacidad de generar empleo
, mencionó.
Gerson Martínez indicó que si bien México ha mostrado recuperación en materia salarial y creación de empleos, los altos niveles de informalidad siguen siendo un reto para el país, al igual que en el resto de la región.
El informe Panorama laboral 2024 de América Latina y el Caribe revela que entre 2023 y 2024, la tasa de ocupación en la región aumentó 0.5 puntos porcentuales, y se situó en 58.9 por ciento, mientras la tasa de desocupación pasó de 6.5 a 6.1 por ciento.
Sin embargo, entre los desafíos estructurales que persisten están la informalidad, a pesar de que se redujo ligeramente, al pasar de 48 por ciento en 2023 a 47.6 por ciento en 2024.
Estos indicadores aún siguen por debajo de los niveles de 2014, lo que refleja que la creación de empleo sigue siendo insuficiente. Estamos en el mismo punto que hace una década. El crecimiento económico se desacelera y las deficiencias estructurales en la generación de empleo persisten
, apuntó la directora regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Ana Virginia Moreira.
Respecto de las brechas laborales entre hombres y mujeres, detalló que en el segundo trimestre de 2024, la tasa de participación femenina fue de 52.1 por ciento, significativamente inferior a la de los hombres (74.3 por ciento). Además, ellas ganan en promedio 20 por ciento menos que los varones.
En tanto el empleo juvenil sigue siendo uno de los mayores desafíos para la región, pues la tasa de desocupación pasó de 14.5 por ciento en 2023 a 13.8 por ciento en 2024, pero es casi tres veces mayor que la de los adultos, de acuerdo con la OIT.