Ciudad de México. Para brindar mayor protección de los fenómenos climáticos de gran intensidad, como los hidrológicos, Enrique Guerava Ortiz, director general del Centro Nacional de Prevención y Desastres (Cenapred), aseguró este martes que los gobiernos deben de comprender los riesgos, invertir en infraestructura, fortalecer la gobernanza y reducir vulnerabilidades, ya que su impacto económico fue de 600 mil millones de pesos entre 2000 y 2022, un costo de 60 millones diarios.
Durante el conversatorio Resiliencia ante fenómenos hidrometeorológicos extremos, realizado en el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México, Guevara apuntó que estos impactos también han afectado a más de 60 millones de personas, provocado más de 12 mil defunciones, dañado 2 millones de viviendas, 42 mil escuelas y 3 mil hospitales.
Destacó que 80 por ciento de estos fenómenos están relacionados al agua, y 30 por ciento del total de las defunciones están asociadas ellos. En su exposición recordó los pasos de los huracanes y ciclones tropicales Emly, Stan, Dean, Ingrid, Manuel y Otis, que este último provocó un impacto económico en daños y pérdidas de cerca de 88 mil millones de pesos.
Aseguró que también dejan afectaciones en todos los sectores sociales y productivos, además de la estructura económica. “Ya sea que con la ausencia o abundancia de agua, (estos eventos naturales) trastocan todo, y provocan este desequilibrio entre el desarrollo social, el ecológico y ambiental”, comentó.
De 2020 a 2023, Señaló que 60 puntos porcentuales ciento de los gastos están relacionados con los ciclones tropicales, 33 a inundaciones y lluvias y 7 a otros fenómenos. Sobre los fallecimientos en este periodo, indicó que las inundaciones ocuparon el primer lugar, en segundo bajas temperaturas y en tercero las altas temperaturas, los cuales se vieron alterados por los efectos del cambio climático.
Al hablar sobre las altas temperaturas, resaltó que 575 municipios, sobre todo del noreste, han registrado al menos una vez una sequía excepcional desde 2003. Como un ejemplo de resiliencia, indicó que Ojinaga, Chihuahua, tiene el nivel más alto de estos registros, pero es un comerciante a nivel internación de heno, alfalfa, trébol y otros productos relacionados con la agricultura.
“Es importante ver qué está haciendo Ojinaga para que se pueda replicar como una práctica en otros municipios. Para empezar, tiene un sistema de riego tecnificado, entre otras muchas acciones”, comentó Gevara.