Brasilia. El gobierno de Brasil aseguró este martes que no entrará en "ninguna guerra comercial" en represalia a los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a las importaciones de acero.
"Brasil no estimula ni entrará en ninguna guerra comercial" dijo a periodistas el ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha, luego de un evento en compañía del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El gigante latinoamericano es el segundo abastecedor de acero a Estados Unidos.
"El presidente Lula ha dicho siempre con mucha claridad: las guerras comerciales no le hacen bien a nadie", enfatizó Padilha.
El lunes el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, determinó la adopción de aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio, que entrarán en vigor el 12 de marzo, "sin excepciones ni exenciones".
Esos aranceles afectarán con fuerza a Brasil, solo superado por Canadá como proveedor de acero para la mayor potencia económica del mundo.
El 62% de las exportaciones brasileñas de acero entre enero y septiembre de 2024 tuvieron como destino Estados Unidos, según datos de Instituto Acero Brasil, que agrupa a las empresas productoras.
Las declaraciones de Padilha contrastan con las del propio Lula a finales de enero, cuando prometió "reciprocidad" ante eventuales gravámenes de Trump a productos brasileños.
"Es muy sencillo: si grava los productos brasileños, habrá reciprocidad de Brasil gravando los productos exportados desde Estados Unidos. Así de sencillo", afirmó entonces el mandatario izquierdista.
Su ministro bajó el tono este martes: "Siempre seremos favorables a que se fortalezca cada vez más el libre comercio", dijo Padilha.
Canadá anticipó más temprano una respuesta "firme y clara" a los gravámenes impuestos por el magnate republicano.
Mientras que México, tercer proveedor de acero para Estados Unidos, pidió a Trump no "destruir" la integración comercial de Norteamérica con esta medida.
De su lado, la Unión Europea anunció medidas "firmes y proporcionales".