León, Gto. “¡Justicia, justicia, justicia!” para Mateo, gritaron cientos de personas afuera de la Catedral Metropolitana de León cuando llegó el ataúd con el cuerpo del niño Mateo Santiago Ramírez Martínez, asesinado por un médico cirujano.
La primera en llegar fue la abuelita de Mateo, quien agradeció el respaldo de los cientos de ciudadanos que acudieron a despedir al niño de 12 años.
“Gracias por estar con mi Mateo, Dios que los bendiga. Amamos a León, encontramos a mi Mateo, vamos a encontrar a más -niños desaparecidos-”, manifestó la señora.
Después llegó el cuerpo del menor, que fue recibido por sus padres Gerardo Ramírez y María Teresa Martínez. “¡Se ve, se siente, Mateo está presente!”, comenzaron a gritar los asistentes a la misa de cuerpo presente, entre aplausos y porras.
A la misa asistieron unas 3 mil personas, entre conocidos de la familia, compañeros de secundaria de Mateo y ciudadanos en general.
La gente traía playeras con la foto del niño, playeras blancas, globos y fotos; una de ellas decía: “No más abusos a los niños, merecen vivir y ser respetados”.
El cura Pedro Ramírez también se sumó a la exigencia de justicia por el asesinato del estudiante de primero de secundaria. Antes de iniciar la misa, manifestó que la muerte de un niño trae una profunda tristeza.
Preguntó: "¿Por qué existe el mal?", y responde porque el hombre acepta lo malo en su corazón.
El sacerdote manifestó que nadie tiene el derecho de arrebatar una vida, solo Dios y, más de un niño, que apenas comenzaba a vivir.
“También seguimos levantando la voz para que se haga justicia; recordar que aún falta encontrar a muchos que se encuentran desaparecidos”, dijo el religioso.
Al final de la misa, los asistentes dieron el pésame a los papás y se despidieron de Mateo.
A las dos de la tarde del cuatro de febrero, Mateo Santiago desapareció cuando salió de la secundaria Técnica 39, ubicada en la colonia Las Mandarinas.
El siete de febrero, la Policía del gobierno de León logró encontrar y arrestar al presunto asesino de Mateo, quien confesó dónde abandonó el cuerpo.
El presunto asesino es un médico cirujano de nombre Christian, quien intentó suicidarse cuando fue arrestado.