Tapachula, Chiapas. Las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados en Tapachula, la principal ciudad de la frontera sur, lucieron menos concurridas este lunes que en las últimas dos semanas.
Después del 20 de enero, cuando Donald Trump asumió la Presidencia de Estados Unidos y ordenó la suspensión de la CBP One por la cual los migrantes podían iniciar trámite de asilo al gobierno norteamericano, miles de migrantes abarrotaron las oficinas de Comar para iniciar trámites en México.
La oficina de Comar en Tapachula, Chiapas, concentra más del 60 de las peticiones de protección internacional que se registran en todo el país.
Pero este lunes apenas había unos 300 extranjeros haciendo fila, la mayoría de ellos venezolanos, cubanos y algunos centroamericanos.
“Venimos a las 6 de la mañana, ahora no está tan lleno como la semana pasada, venimos el jueves pero no alcanzamos a pasar, pero hoy está más tranquilo”, dijo la cubana Yasmín Rodríguez.
La mujer que viaja con su hijo de 14 años decidió quedarse en el país antes que volver a la Isla y confía que posteriormente pueda continuar al sueño americano.
“Vamos a quedarnos un tiempo por aquí, trabajar, ahorrar y después ver si podemos seguir para adelante, no tenemos prisa”, agregó la mujer de 40 años.
La baja en la afluencia de migrantes en la frontera con Guatemala puede deberse a que muchos han decidido retornar a sus países por cuenta propia, de acuerdo a activistas y organizaciones.
César Cañaveral, representante de la Pastoral de Movilidad Humana de la iglesia católica, estimó que el 40 por ciento de migrantes que han llegado a los albergues de la frontera sur en los últimos días están retornado a su país por sus propios medios.