Nueva Orleans. Un histórico tercer título consecutivo de los Jefes de Kansas City o una dulce revancha de las Águilas de Filadelfia: Nueva Orleans estaba lista para albergar este domingo un Supertazón en el que coincidirán inusualmente el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump y la cantante Taylor Swift, novia del jugador Travis Kelce.
Trump volaba en la tarde del domingo hacia Nueva Orleans para ser el primer mandatario en activo en asistir a la final de NFL.
"Estoy deseando unirme a los fanáticos en Nueva Orleans para el Supertazón LIX para animar a dos grandes equipos: los Jefes de Kansas City y las Águilas de Filadelfia, en su lucha por el trofeo", dijo Trump en un mensaje difundido este domingo.
En Nueva Orleans, cientos de aficionados se congregaron en la popular Bourbon Street antes de desplazarse hacia el Caesars Superdome, escenario del mayor espectáculo anual del deporte estadunidense.
Entre los 74 mil espectadores brillará de nuevo la presencia de la superestrella del pop Taylor Swift, que por segundo año consecutivo acudirá al Supertazón para alentar a su pareja, Travis Kelce, pieza clave de la dinastía de los Jefes de Kansas City.
La excepcional presencia en un mismo recinto de Swift, partidaria de la demócrata Kamala Harris en las elecciones de noviembre, y Trump, quien no oculta su animadversión hacia la artista, incrementó aún más las medidas de seguridad en torno al juego.
Los 350 mil habitantes de Nueva Orleans viven aún bajo el impacto del atentado sufrido en Año Nuevo, cuando un veterano del ejército estadunidense, actuando por lealtad al grupo Estado Islámico según el FBI, atropelló a una multitud en Bourbon Street, corazón del turístico Barrio Francés, causando 14 muertos.
"Mientras miles de aficionados de todo nuestro país se reúnen en Nueva Orleans para animar a su equipo favorito, nosotros recordamos que 14 familias extrañarán a un ser querido que fue trágicamente asesinado durante un ataque terrorista sin sentido", manifestó Trump sobre el ataque.
Kelce en el foco de apuestas
Gran aficionado al futbol americano, el presidente ha mantenido una tensa relación con la NFL que se remonta a principios de la década de 1980, cuando su deseo de convertirse en propietario de una franquicia fue rechazado.
En 2017, durante su primer mandato en la Casa Blanca, el republicano criticó a los jugadores de la NFL que protestaron contra el racismo arrodillándose antes de los partidos durante la interpretación del himno nacional.
Para la gran final de este domingo, la presencia de Trump ha sido bien recibida y el propio Kelce la consideró "un gran honor".
Entre los espectadores en Nueva Orleans se espera que Trump no politice el desenlace de la liga más popular del país.
"Espero que, básicamente, llegue y se siente y que lo mantengan en silencio. Solo quiero que sea un juego divertido y que no sea político", dijo a la AFP Debra Ward, una maestra del estado de Virginia.
El tradicional concierto del intermedio, una de las mayores atracciones del evento, estará a cargo del rapero Kendrick Lamar, que completará una gran semana después de los cinco premios que conquistó en la gala de los Grammy.
Como cada Super Bowl, los estadounidenses se han lanzado también a hacer apuestas de todo tipo. Más allá del resultado o las estadísticas, Travis Kelce monopoliza algunas de las especulaciones más populares, como las que apuntan a que tras el partido propondría matrimonio a Taylor Swift o anunciaría su retiro del deporte.