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El gusano de seda en sus diferentes etapas en una fábrica de seda en Shanghái. Foto Alia Lira Hartmann
09 de febrero de 2025 08:23

Es mundialmente conocido que China es la cuna de la seda, textil de origen animal cuyo valor ha sido apreciado por más de 5 mil años. En los periodos históricos de este país y sus dinastías, en que los gobernantes de una misma parentela se sucedían, la seda era un símbolo que representaba estatus y de uso exclusivo para la familia real; estaba vedado a cualquier otro estrato como comerciantes y menos para la gente del campo.

De ahí se desprende la llamada la Ruta de la seda, que conectó el comercio de Asia con Europa y Medio Oriente por varios siglos. Ahora, aunque la seda se produce en otros países, China continúa a la cabeza de la industria global con 75 por ciento de la producción y exportación mundial en una perfecta combinación entre tradición y moderna tecnología.

La producción comienza con el cultivo de los gusanos de seda. Los huevos se nutren cuidadosamente hasta que brotan para convertirse en larvas. Los gusanos se alimentan de hojas de morera, un frondoso árbol que pierde sus hojas en otoño. Sólo comen estas hojas.

La rapidez y una especie de voracidad en el consumo de hojas de morera los hace aumentar considerablemente de tamaño en corto tiempo. Secretan un líquido viscoso, que es la seda en su primera etapa; cuando entra en contacto con el aire, poco a poco se solidifica y así se forma el capullo que recubre y protege al gusano por un sinfín de pequeños filamentos.

Al visitar China, parte del recorrido turístico es la visita a una fábrica de seda donde se puede constatar que su producción, a pesar de ya haber sido industrializada, aún conserva en gran parte un carácter artesanal. Las regiones de Sichuan, Jiangsu y Zhejiang son las principales productoras de seda en China y han integrado algunas innovaciones tecnológicas para mejorar la calidad del producto, reducir costos y aumentarla.

Estas zonas preservan la tradición del tejido manual por parte de personal especializado incorporando maquinaria avanzada para la producción a gran escala. Aunque tradicionalmente la seda ha sido utilizada en prendas de alta costura y textiles decorativos, de forma reciente su versatilidad ha permitido que sea utilizada en otras áreas, además de la textil.

La seda se emplea como material para suturas en la medicina, también en productos cosméticos e incluso en áreas de la investigación biotecnológica. La seda es un material de alta resistencia y compatibilidad; al ser una fibra natural es biodegradable aportando soluciones textiles más amigables con el medio ambiente.

A lo largo de los siglos diversos productos de seda han llegado a tierras mexicanas, desde la época colonial por medio del Galeón de Manila, aquellas naves que cruzaban el océano Pacífico desde Manila, Filipinas, hasta los puertos de lo que era entonces la Nueva España.

La seda china sigue siendo un símbolo de lujo que llega a diseñadores y consumidores de todo el mundo.

 

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