Madrid. La ultraderecha europea, que agrupa desde a los neofranquistas españoles de Vox hasta los neonazis del partido de Alternativa para Alemania, lanzaron desde Madrid una advertencia inequívoca: “somos el futuro” y a partir de hoy se “inicia” el camino para la “Reconquista” y el regreso a los “valores tradicionales” de la “familia normal” de “hombre y mujer” y la expulsión fulminante de los migrantes “ilegales”. Y todos miraron con orgullo lo que está ocurriendo en Estados Unidos tras la llegada al poder de Donald Trump, al que llamaron “amigo” y “compañero de armas” y del que copiaron su lema de campaña para guiar su cónclave: “Hagamos grande Europa otra vez”.
En el hotel Auditorium de Madrid, situado en las afueras de la ciudad y muy cerca del aeropuerto, se reunieron los líderes más destacados de la agrupación ultraderechista más poderosa de Europa: los Patriotas por Europa, que aglutina a partidos políticos de la mayoría de los países europeos y algunos de ellos convertidos, desde hace poco, en las formaciones que más crecen en votos, como ocurre en Holanda, Austria, Alemania, Portugal, Italia, Francia, República Checa, Hungría, Estonia y Grecia. Actualmente tienen 86 eurodiputados, de un total de 720 que tiene el Parlamento europeo. El anfitrión del encuentro, el líder de Vox, Santiago Abascal, fue elegido como el presidente de esta agrupación de formaciones ultras, si bien su partido en España no supera el 14 por ciento, muy por detrás del Partido Popular (PP) y del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que siguen siendo primero y segundo, respectivamente, en número de votos y escaños.
Al encuentro del grupo Patriotas por Europa acudieron alrededor de tres mil personas, la mayoría militantes de base de Vox, con lo que a cada exabrupto contra la “agenda verde”, “la ideología progre”, “la Corte Penal Internacional” o la llegada de migrantes al continente respondían casi al unísono con un abucheo o un silbido. Y con un aplauso cerrado si se nombraba a la “motosierra de Javier Milei”, los “decretos de Donald Trump” o las llamadas a “limpiar las calles” de “inmigrantes ilegales” y “defender las fronteras”.
Todos los líderes que tomaron la palabra repitieron al menos tres mensajes, que al parecer va a guiar su estrategia política: repitieron sin cesar que “se inicia la Reconquista”, que “defenderán la libertad” frente a la “ideología progre” y que “somos el futuro” de Europa. Además, por supuesto, de recordar a su actual guía internacional: Donald Trump.
Uno de los primeros en tomar la palabra fue Martin Helme, de Estonia, que titubeó durante un rato cuando fue interrumpido su discurso por una activista de la organización feminista Femen, que con el torso desnudo abogó por “no ceder ni un paso frente al fascismo”. Aún así Helme lanzó su proclama e hizo un llamado a “defender nuestra civilización occidental y destruyamos todos los mensajes de la izquierda para recuperar nuestros países y nuestra normalidad. Y para eso tiene que haber una nueva Reconquista”. La griega Afroditi Latinopoulou dijo por su parte que “en Europa prevalece el descontrol total de nuestras fronteras por la inmigración ilegal que condena nuestra seguridad y nuestra integridad. La elección de Donald Trump es el inicio de una nueva era de oro para Occidente y no la desperdiciemos en Europa con distracciones, así que necesitamos defender nuestras fronteras de todos los enemigos y que se respeten nuestras tradiciones y fronteras, nuestras raíces cristianas y nuestros valores”.
Uno de los líderes europeos más admirados por la extrema derecha es el checo Petr Macinka, quien aseguró por su parte que “Europa fue un continente bello y fuerte y hoy está en decadencia con una autodestrucción por la agenda de la izquierda. La inmigración masiva ilegal fomentada desde Bruselas nos está llevando a una parálisis del sistema y a la destrucción. La actual UE es muy peligrosa y tiene que cambiar. Desde la llegada al poder de Donald Trump el mundo se ha contagiado de una dinámica ganadora y yo fui testigo de verlo a sólo 40 metros de distancia, de ver como el presidente Trump está cambiando el mundo con órdenes ejecutivas. Sólo los Patriotas pueden hacer Europa grande otra vez”.
Después tomaron la palabras otros dirigentes, como el polaco Krzysztof Bosak, el portugués André Ventura, el austríaco Herbert Kickl o el holandés Geert Wilders, del Partido por la Libertad y quien advirtió eufórico: “No hay duda de ello: somos el futuro. El mundo está cambiando muy rápido ante nuestros ojos y nosotros tenemos delante esa transformación. Y así como el presidente Trump augura una nueva época de oro para Estados Unidos, nosotros tenemos que preguntarnos si estamos preparados para hacer lo mismo en Europa. Y la respuesta es sí y haremos que Europa sea grande otra vez. Y no olvidemos que Trump es nuestro hermano de armas”.
El vicepresidente italiano Matteo Salvini, líder de la Liga Norte, agradeció el apoyo de los líderes y militantes ultras “durante el juicio por haber bloqueado el desembarco de inmigrantes ilegales en Italia”, en el que, según él, finalmente “vencimos a Pedro Sánchez y a Open Arms”. Mientras que la francesa Marine Le Pen, líder de Agrupación Nacional y a la que presentaron como “la futura presidenta de la República de Francia”, aseguró por su parte que “teníamos razón cuando en 2019 no quisimos cumplir el mandato casi religioso del Pacto Verde Europeo y teníamos razón cuando rechazamos el proyecto de sustitución demográfica programada de Europa. Fuimos nosotros los que tuvimos razón cuando no quisimos reducir Europa a un gran mercado, sino considerar nuestra visión continental como una comunidad histórica civilizatoria, un espacio de cooperación fraternal entre nuestros pueblos, una entidad de coordinación y acción respetuosa para cada uno y fructífera para todos”.
El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, dijo por su parte que “la invasión de los inmigrantes ilegales no es una teoría de la conspiración, es pura práctica. Es hora de buscar nuevas teorías conspirativas, porque todas son verdad. En Hungría en vez de a los inmigrantes apoyamos a las familias húngaras y todos los poderes del Estado tienen la obligación de defender la cultura cristiana”. Finalmente, el español Santiago Abascal, cerró el acto invitando al otro gran grupo europeo de extrema derecha, el de los Conservadores y Reformistas Europeos, a sumar fuerzas para “transformar” Europa en la misma sintonía que está haciendo Trump en Estados Unidos. Y también advirtió, de nuevo: “Somos el futuro”.