Ciudad de México. Prohibir en la Constitución la reelección continua de legisladores federales y locales, alcaldes, regidores, síndicos y concejales, así como impedir el nepotismo electoral, son los ejes centrales de la reforma constitucional que la presidenta Claudia Sheinbaum remitió ayer al Senado de la República y fue turnada de inmediato a las comisiones de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos
Hubo confusión por la mañana, ya que muy temprano el coordinador de Morena en San Lázaro, Ricardo Monreal, subió a sus redes que la Cámara de Diputados había recibido esa iniciativa, pero a mediodía, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña dijo que aún no llegaba, pero la esperaban para más tarde, como ocurrió finalmente.
En conferencia de prensa aclaró que la modificación a tres artículos de la Carta Magna no se incluye la eliminación de los legisladores por lista, los conocidos como “plurinominales”, como se ha especulado en sectores de la derecha.
En la iniciativa, la presidenta Claudia Sheinbaum resalta que la propuesta es regresar al espíritu antireeleccionista que dio vida a la Constitución de 1917, además de prohibir las prácticas de nepotismo en materia electoral, ya que son corrupción.
Por ello, se establece como requisito de idoneidad para quienes pretendan participar para un cargo de elección popular, que no tengan o hayan tenido en los últimos tres años anteriores al día de la elección, un vínculo de matrimonio, concubinato, relación de pareja o de parentesco por consanguinidad o civil en línea recta sin limitación de grado y en línea colateral hasta el cuarto grado o de afinidad hasta el segundo grado con la persona que ocupa el cargo por el cual participan”.
La prohibición del nepotismo, se agrega, es para garantizar que accedan a cargos públicos por la vía de una elección quienes e tienen los méritos, habilidades, capacidades y experiencias requeridas para ocuparlo, y no por quienes “su única valía es tener un vínculo familiar con quien ocupa la posición de mando en el puesto al que se aspira.
Por lo que se refiere a la reelección, la ejecutiva federal destaca que ese principio ha sido esencial en la lucha por frenar la concentración de poder y la perpetuación de la toma de decisiones en manos de una élite política. “ La Constitución política mexicana, promulgada en 1917 es un triunfo de la lucha anti antirreeleccionista. La reformas de 1933 que extendieron la prohibición de reelección a las personas legisladoras, fueron también una base un avance trascendental para fomentar la renovación de los cargos públicos”.
Hasta hace una dcada la prohibición de la reelección consecutiva, permitió una renovación constante de los cuadros de la vida pública nacional. “Sin embargo, durante el periodo neoliberal se dio un paso atrás en esta lucha. En 2014, se incorporó a la Constitución la reelección consecutiva para ciertos cargos públicos, los de legisladores federales y locales, presidentes municipales, regidores, síndicos, alcaldes y concejales, con la aspiración de favorecer la rendición de cuentas y motivar a quienes ocupen esos cargos a responder a las necesidades del electorado, ganando su confianza bajo la promoción de un nuevo mandato”.
Lamentablemente, agrega, en la práctica ese propósito no se alcanzó. Lejos de fomentar la cercanía de los servidores públicos con las demandas sociales, la reelección consecutiva distorsionó el principio de representación política, pues permitió que ciertas élites se perpetúen en el poder y mantenga el control de cargos públicos estratégicos para avanzar sus propios intereses”.
Asimismo, “en lugar de fomentar la rendición de cuentas, la reelección consecutiva se convirtió en una herramienta de ciertos grupos de poder para negociar y monopolizar la toma de decisiones, sin tomar en cuenta las prioridades y preocupaciones de su electorado”.
Ello provocó que se agrandara la distancia entre las instituciones y la gente, debilitando la democracia. Lo anterior implica un rompimiento sustancial del principio de representación política y en consecuencia una merma para la autodeterminación de nuestro pueblo.
Adicionalmente, “la posible posibilidad de reelección consecutiva, tiene implicaciones directas sobre equidad en los procesos electorales”, toda vez que quienes buscan un nuevo período inmediato tienen ventajas considerables en los comicios frente a las personas que buscan ocupar el cargo por primera vez”.
Entre ellos, el acceso a los medios de comunicación, reconocimiento con la gente, derivado de haber ocupado previamente la posición en juego y ello “ genera asimetrías que imposibilita la competencia justa y que disminuyen los procesos democráticos. La reelección consecutiva, por tanto pon en riesgo la integridad de los procesos democráticos y socava la confianza pública en las instituciones gubernamentales.”
De la prohibición a la reelección quedan exentos jueces, magistrados y ministros, tanto federales como locales, toda vez que en la reforma judicial promulgada del 15 de septiembre del año pasado, prevé principios, reglas y procedimientos distintos a cualquier elección popular de otro cargo.”.
En cuanto al nepotismo se destaca en la exposición de motivos de la iniciativa que “ en su acepción más amplia es una forma de corrupción, ya que una persona aprovecha su cargo para otorgar empleos o favores a familiares y amigos, sin considerar su idoneidad, sino que sólo se limita a una cuestión emocional o una lealtad personal”.
Al ser el nepotismo una forma de abuso de poder que anula la confianza en las instituciones y promueve desigualdades es necesario erradicar esta práctica para eliminar cualquier sesgo o sospecha de legitimidad en los cargos de elección popular..
Prohibir el nepotismo electoral evita la concentración de poder y la realización de actos de corrupción, al quitar la posibilidad de qué una persona puede ocupar un cargo público por tiempo prolongado.
Asimismo, “permite el surgimiento de nuevos líderes que contribuyen con su energía y creatividad al desarrollo de nuestro país”.
Se hace notar que aunque en la Constitución no hay referencia expresa al nepotismo electoral, ni cualquier otra forma de nepotismo, en varias leyes secundarias si se se regula esa figura. Por ejemplo, en la ley General de Responsabilidades Administrativas, la Ley Federal de Austeridad , el Código Penal Federal, así como la Ley de la Carrera Judicial del Poder Judicial de la Federación., entre otros.
En el Senado se espera que la iniciativa llegue a principios de la próxima semana, a fin de darle entrada en la sesión del martes. El senador Fernández Noroña consideró importante que se elimine el nepotismo y recordó los casos del entonces gobernador de
Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya, quién pretendía dejar en su lugar a su esposa, la senadora Maricarmen Ramírez, lo que provocó una crisis en el PRD o la intención de Martha Sahagún de suceder en la presidencia al panista Vicente Fox.
Tanto esa iniciativa, como las demás de leyes secundarias presentadas por la presidenta Claudia Sheinbaum, saldrán en este período de sesiones, comentó.