Washington y Nueva York., La Cámara de Comercio de Estados Unidos, constructores de viviendas, el sindicato nacional automotriz, el Wall Street Journal, economistas reconocidos y decenas de legisladores federales demócratas fueron parte de una amplia gama de voces que de inmediato reprobaron la decisión de Donald Trump de imponer aranceles de 25 por ciento a México y Canadá, y 10 por ciento sobre China, y advirtieron que tendrían un efecto inflacionario, frenarán el crecimiento económico de este país y no harían nada para resolver los problemas que el mandatario dice que quiere abordar con estas medidas.
Menos de 24 horas después de que Trump ordenó la implementación de los aranceles, los medios han reportado que los cálculos del incremento de precios para hogares como resultado de los aranceles son de entre 830 a 3 mil dólares por año.
El ex secretario del Tesoro de Estados Unidos Larry Summers y el ex senador republicano Phil Gramm, en un artículo de opinión conjunto, llamaron a que el presidente anule los aranceles e instaron al Congreso a que los rechace.
Centros de investigación y expertos elaboraron listas de los productos importados que serían afectados de inmediato. Muchos enfatizan que a una semana del Supertazón el impacto se verá de inmediato en los precios de los aguacates para el guacamole, el plato tradicional del espectáculo deportivo nacional más importante de Estados Unidos, como también la cerveza importada. Pero esas listas igualmente incluyen frutas y verduras, aparatos electrónicos, automóviles, petróleo entre tantas otras mercancías fabricadas por los principales socios comerciales de Estados Unidos.
La guerra comercial más tonta de la historia
, fue el titulo del editorial del Wall Street Journal, al opinar sobre los aranceles y detallando los beneficios económicos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y su sucesor, el T-MEC, como también la integración del sector automotriz regional.
Pero la Casa Blanca de Trump no tolera ciertas críticas y respondió al editorial con una declaración con citas sobre los costos negativos de los acuerdos comerciales para Estados Unidos, incluyendo la pérdida
de 345 mil empleos automotrices y el desplazamiento de casi un millón de trabajadores.
Después de descartar afirmaciones de que los aranceles podrían incrementar los precios, este domingo Trump fue obligado a reconocer que sus medidas podrían tener algunas consecuencias. ¿Habrá algún dolor? Si, tal vez (y tal vez no)
, afirmó Trump en su red Truth Social. Pero sí haremos grande a Estados Unidos otra vez, y valdrá el precio que se tiene que pagar
.
Uno de los misterios de esta maniobra de Trump es qué quiere de México y Canadá a cambio de anular los aranceles. La orden ejecutiva firmada el sábado indica que los aranceles serán retirados sólo después de que México emprenda suficiente acción para aliviar la crisis
de la inmigración y las drogas ilegales
.
Al explicar los aranceles este domingo, el director de comunicaciones de la Casa Blanca, Steven Cheung, repitió la consigna del nuevo gobierno: promesas hechas, promesas cumplidas
y difundió un video de Trump prometiendo aranceles durante la campaña, afirmando: no puedes ponerle precio a la seguridad de los estadunidenses
.
Pero otros no estaban renuentes en ponerle un precio a las tarifas. El grupo de expertos Fundación Fiscal, con sede en Washington, señaló que la mitad del total de todas las importaciones estadunidenses provienen de México, Canadá y China. Calcula que los aranceles podrían costar a los consumidores más de un billón de dólares a lo largo de los próximos 10 años y reducirá el crecimiento económico por hasta medio punto porcentual.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos, la cual se describe como la organización empresarial más grande del mundo
, emitió una declaración afirmando que los aranceles sólo elevaran precios para las familias estadunidenses e interrumpirán las cadenas de suministro
.
Por su parte, el presidente de la Oficina Agrícola Estadunidense, la organización más grande de granjeros de este país, Zippy Duvall, también expresó su alarma
sobre los daños potenciales de los aranceles para los agroproductores.
Asociaciones industriales, en representación de constructores de vivienda, vendedores de bebidas alcohólicas al mayoreo, supermercados y empresas petroleras, también emitieron comunicados advirtiendo sobre las consecuencias económicas negativas de los aranceles.
Por su parte, el sindicato automotriz UAW aplaudió el concepto de aranceles para proteger el empleo en Estados Unidos, pero advirtió que la emergencia nacional que enfrentemos no se trata de drogas o inmigración, sino sobre una clase trabajadora que se está quedando atrás por generaciones, mientras el empresariado estadunidense explota a trabajadores en el extranjero y consumidores en casa para obtener ganancias masivas en Wall Street
. El presidente del UAW, Shawn Fain, argumentó que sería más útil que Trump negociara para reparar acuerdos comerciales descompuestos, tal como el T-MEC
.
En el Congreso, las protestas han sido menos ruidosas, pero el diputado federal demócrata Greg Stanton, de Arizona, elaboró una carta dirigida a Trump,a la cual fue firmada por unos 40 de sus colegas, argumentando que los aranceles devastarán a los estadunidenses que ya están padeciendo altos precios, matará empleos y dañará relaciones diplomáticas con nuestros socios más cercanos
.
Por su parte, simpatizantes del presidente ofrecieron sólo elogios. Después de que el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, amenazó con responder con aranceles contra estados republicanos, el gobernador de Texas, Greg Abbott (aliado de Trump), tuiteó en respuesta: cuidado, Trudeau, la economía de Texas es más grande que la de Canadá. Y estamos preparados para usarla
.
Fue un profesor de negocios en la Universidad de Toronto quien tal vez mejor captó la reacción del sector empresarial de los aranceles: son innecesarios y bastante estúpidos
, comentó al Financial Times. Es como usar un mazo contra un problema inexistente en una economía estadunidense que estaba funcionando bastante bien
.