Madrid. Decenas de miles de personas volvieron a salir a la calle en Valencia para exigir, por cuarta ocasión en tres meses, la dimisión del presidente autonómico, el conservador Carlos Mazón, por su gestión de la tragedia provocada por la DANA en octubre del pasado, que provocó 224 muertos, tres desaparecidos y miles de afectados por la devastación. La protesta fue convocada de nuevo por las plataformas y los partidos de izquierda, que centran sus críticas de la gestión del desastre natural a las autoridades autonómicas, sobre todo a su presidente, que estuvo desaparecido en las primeras horas de las riadas.
El pasado 29 de octubre se registró la peor tragedia natural en la historia de Valencia: unas lluvias torrenciales desbordaron ríos y afluentes y se tragaron en cuestión de minutos calles, vehículos y viviendas de varios pueblos. El epicentro de la tragedia se situó en varias localidades en las inmediaciones de la ciudad de Valencia, que en algunos casos, como el Paiporta, destruyó todo el tejido comercial y arrasó con escuelas y centros públicos. Lo más grave fueron sin dudo los fallecidos, 224, cuyos cuerpos se fueron recuperando poco a poco, ya que la situación de la zona hacía muy difícil las labores de rescate y de localización de los restos mortales. De hecho a día de hoy todavía permanecen desaparecidas tres personas, probablemente enterrados en las miles de toneladas de concreto y vehículos que arrastró el agua.
Una vez recuperada cierta normalidad en la zona afectada, se iniciaron las labores de reconstrucción y de la entrega de las ayudas públicas para los afectados, que siguen quejándose de la lentitud en los trámites y de la falta de agilidad administrativa, tanto por parte del gobierno autonómico como de la administración central, presidida por el socialista Pedro Sánchez, que ya recibió las mismas críticas en la entrega de las ayudas por los daños provocados por la erupción del volcán en la isla de La Palma.
La cuarta protesta ciudadana en tres meses congregó en esta ocasión a alrededor de 25 mil personas, según datos de la Delegación del gobierno, y que la policía del Ayuntamiento de Valencia redujo a siete mil. En cualquier caso muy lejos de los 180 mil que salieron a las calles en noviembre, en lo que fue la primera gran muestra de indignación popular contra las autoridades valencianas por su gestión. De hecho, ayer mismo el presidente Mazón fue abucheado en un pueblo de la región, Orihuela, durante un acto en el que se le volvió a señalar su falta de reflejos en la gestión y por tanto se le volvió a pedir su dimisión.
Durante la manifestación se gritaron consignas contra Mazón y el PP, como “el president a Picassent”, que es como se conoce popularmente al centro penitenciario más grande la región y que está en la localidad con el mismo nombre. Además de otras como “Mazón asesino”, “Mientras comía, el pueblo se ahogaba” y la más gritada, que era “Mazón dimisión”. Los voceros de la protesta señalaron que “estamos aquí de nuevo para gritar bien claro que las víctimas no se olvidan: ni las que murieron en la DANA ni los dos trabajadores que fallecieron en las tareas de limpieza. Tampoco nos olvidamos de aquellas personas que han quedado, pero han visto toda su vida transformada. Un desastre natural se convirtió en una catástrofe humanitaria porque no se avisó a la población, porque las personas que habían de estar en los lugares que correspondían no estaban, y las que estaban no hicieron lo que tocaba. Por ese motivo organizamos esta cuarta manifestación, pero también para que la población que ha sufrido la gota fría sepa que no la abandonaremos, como lo han hecho el señor Mazón”.