Eduardo García Barrios tiene claro que el romanticismo no sólo es un periodo musical, sino una experiencia de contrastes que exalta la pasión, la nostalgia, la melancolía y la fuerza.
“La música del romanticismo es fascinante para los jóvenes, ya que representa un desafío tanto técnico como emocional”, aseguró el director de la Orquesta Escuela Carlos Chávez (OECCh), agrupación que presenta este fin de semana un programa dedicado a Clara Wieck y Robert Schumann en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) y el Complejo Cultural Los Pinos, respectivamente.
La selección del repertorio nació de una discusión colectiva entre el claustro de maestros de la OECCh, con el objetivo de que los jóvenes se familiaricen con el clasicismo y el romanticismo, etapas clave en su formación.
“Robert y Clara Schumann fueron una pareja de artistas extraordinarios, dedicados tanto a la creación como a la difusión de la música”, señaló García Barrios en entrevista con La Jornada.
“Fundaron la sociedad David Wunderer con el propósito de impulsar a jóvenes compositores. En sus conciertos interpretaban obras de Bach, Beethoven y Mozart, además de sus propias composiciones y las de colegas que, aunque no trascendieron, formaban parte activa de la comunidad musical de su tiempo.
“Clara Wieck fue una pianista excepcional y una mujer de gran inteligencia musical. Fue ella quien alentó a su esposo a escribir sinfonías. De hecho, en 1844 le dijo: ‘Tienes que escribir sinfonías’, y gracias a su influencia, Schumann incursionó en este género. En San Petersburgo, el público inicialmente la identificó como ‘la esposa de Robert Schumann’, pero tras escucharla al piano, el reconocimiento cambió a la gran pianista Clara Wieck y su esposo, Robert Schumann.”
El programa incluirá dos movimientos del Trío para piano, violín y chelo de Clara Wieck, además de cuatro canciones originalmente escritas para voz y piano, pero orquestadas por Dimitri Dudin para que sean interpretadas por las jóvenes del Ensamble Escénico Vocal.
“Es una versión inédita, un trabajo delicado que mantiene la esencia de las piezas. Para cerrar el concierto, la OECCh abordará la Cuarta sinfonía en re menor de Robert Schumann”, puntualizó Eduardo García Barrios.
“Desde hace tiempo, la orquesta ha trabajado en la visibilización de compositoras a lo largo de la historia. Es una decisión impulsar la música de autoras y de solistas mujeres. Hemos interpretado obras de compositoras del siglo XIX y XX, y tocar a Clara Wieck refuerza esta línea de trabajo.”
Director sinfónico y de ópera, formado en el Conservatorio Nacional de Música y graduado con honores del Conservatorio Tchaikovsky de Moscú, García Barrios compartió que interpretar este repertorio es un reto para los jóvenes músicos.
“Las piezas son de una gran virtuosidad. El desafío también radica en los contrastes: de una energía y bravura desbordantes, deben transitar rápidamente a pasajes líricos, lo que requiere un control técnico y emocional excepcional”.
El proceso de preparación de la orquesta es meticuloso. Primero, los músicos trabajan en ensayos seccionales dirigidos por sus maestros de especialidad. Luego, en los ensayos generales, se ajustan contrastes, transiciones y la forma musical de manera conjunta.
“La OECCh sigue evolucionando como una institución formadora de artistas. Hace 16 años implementamos el modelo de orquesta escuela, que se distingue por ser una licenciatura de alto nivel”, mencionó su director.
“La ejecución del repertorio también ha representado una exigencia interpretativa y conceptual para los jóvenes músicos, quienes estudiaron a profundidad las emociones y las estructuras de cada pieza. El romanticismo exige una entrega absoluta. Cada interpretación debe capturar la esencia de la pasión, la delicadeza y la fuerza que caracterizan a este periodo.
“Interpretar la obra de Clara Wieck y Robert Schumann es un acto de justicia y reconocimiento. Nos permite entender que la música clásica ha sido forjada por muchas manos y mentes, no sólo por los nombres que han dominado los libros de historia”, concluyó García Barrios.
El segundo de los conciertos a cargo de la OECCh se realizará este domingo 2 de febrero a las 13:30 horas, en el Auditorio Blas Galindo del Cenart (Río Churubusco 79, colonia Country Club Churubusco) y en la cancha de tenis del Complejo Cultural Los Pinos (Molino del Rey 252, colonia San Miguel Chapultepec), respectivamente. La entrada será libre.