Bajo ninguna premisa “podemos fomentar el odio y el racismo”, aseveró Francisco Javier Acero, obispo auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, en relación a las denostaciones y malos tratos de que han sido objeto personas migrantes en el contexto de las redadas y deportaciones de la administración del presidente Donald Trump.
Entrevistado al concluir una reunión con madres buscadoras en la curia del arzobispado, indicó que siempre, pero sobre todo en estas circunstancias hay que “defender la dignidad humana”.
Asimismo, y con motivo de la festividad de la Candelaria (2 de febrero), festividad religiosa que conmemora la presetnación de Jesús en el Templo de Jerusalén, el obispo dijo que también “es un día para acordarse de todos los migrantes a los que a lo mejor su sueño no se les cumple” debido a las medidas de la administración Trump, “y es para acordarse también de nuestros hermanos mexicanos que están amenazados con deportaciones”.
El religioso destacó que la iglesia católica está “preparada” para recibir a los retornados en sus casas albergues que están presentes en todo el país y añadió que también el credo católico está dispuesto “hacer un trabajo de también con el empresariado y gobierno de diálogo para concretar un plan” a fin de que los retornados no solamente reciban “ayudas y subsidios por parte del gobierno, sino que también que se sientan útiles, y que puedan trabajar por el país”.
Aparte, y con motivo de las medidas del gobierno estadunidense, Sergio Molano Romero, coordinador de la Especialidad en Educación y Construcción de Paz, del Departamento de Reflexión Interdisciplinaria de la Universidad Iberoamericana (Ibero) expuso que la idea de utilizar la fuerza para generar la paz es una “ilusión desde la visión del poderoso, que no genera paz ni bienestar, un círculo históricamente vicioso para justificar ciertas actitudes y dar cierta tranquilidad a corto plazo, pero que sólo lleva a más violencia.”
El doctor en Investigación Psicológica y Maestro en Desarrollo Humano explicó que la declaración del secretario de Estado, Marco Rubio, respecto a alcanzar la paz a través de la fuerza, no es algo nuevo, ni va a ser la última vez que se mencione y citó como ejemplo la entrada de los cascos azules a Sarajevo, al igual que las intervenciones estadounidenses en varios países, con la idea de pacificar.