Goma. Los rebeldes apoyados por Ruanda abrieron este miércoles un nuevo frente en el este de República Democrática del Congo tras tomar la casi totalidad de Goma, la principal ciudad de esta zona rica en minerales usados por el sector tecnológico.
El fulgurante avance del grupo armado M23 (Movimiento 23 de marzo) y de las tropas ruandesas provocó numerosos llamamientos de la comunidad internacional para que cesen los combates. Tanto la ONU como Estados Unidos, China y la Unión Europea han pedido a Ruanda que retire sus fuerzas de la región.
Los enfrentamientos entre soldados congoleños y rebeldes en Goma, una ciudad de más de un millón de habitantes, dejaron más de 100 muertos y cerca de mil heridos en los últimos tres días, según un recuento de los hospitales, que están colapsados.
Los rebeldes y los soldados ruandeses entraron en la localidad el domingo y se apoderaron desde entonces del aeropuerto y de la mayor parte del centro.
Goma es la capital de la provincia de Kivu del Norte y se sitúa a orillas del lago Kivu y de Ruanda.
El M23, liderado por la etnia tutsi, realizó el miércoles una nueva incursión en dos localidades de la provincia de Kivu del Sur, vecina de la del Norte, indicaron fuentes locales.
"No hubo combates", aseguró un representante de la sociedad civil bajo condición de anonimato. Varios habitantes de las localidades tomadas confirmaron la llegada de los rebeldes. Ni el gobierno congolés ni el gobierno de Kinshasa confirmaron de momento estos reportes.
La República Democrática del Congo (RDC) acusa a Ruanda de querer saquear las numerosas riquezas naturales de la región. Ruanda, que lo niega, denuncia la presencia en el lado congoleño de grupos que le son hostiles.
"Hay hambre en Goma"
Los combates en Goma agravaron la crisis humanitaria que ya sufre esta turbulenta región, rica en minerales y asolada durante décadas por grupos armados respaldados por rivales de la región tras el genocidio ruandés de 1994.
Más de 500 mil personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares desde principios de año, según Naciones Unidas, que advirtió de la escasez de alimentos, el saqueo de la ayuda y la posible propagación de enfermedades.
"Hay hambre en Goma. Hay que ir a sacar el agua del lago y estamos sin medicamentos", denunció Kahindo Sifa, un habitante de la ciudad.
Los habitantes comenzaron el miércoles a salir de sus casas, una vez que disminuyeron los enfrentamientos y bombardeos.
Pero en las calles yacen aún muchos cuerpos, constataron periodistas de la Afp y residentes de la localidad, donde viven cientos de miles de desplazados.
El embajador itinerante de Ruanda para la región de los Grandes Lagos, Vincent Karega, declaró a la Afp que el avance del M23 "continuará" en la vecina provincia de Kivu del Sur.
Incluso no se descarta que los combatientes avancen más allá del este del país porque todas las fuerzas congoleñas están concentradas en Goma, añadió.
Estados Unidos ordenó el miércoles a su personal diplomático que no presta servicios de emergencia que abandone el país.
Manifestantes atacaron el martes embajadas de varios países, entre ellos Estados Unidos, acusándolos de no intervenir para detener el caos en el este de RDC. Los ataques tuvieron lugar en Kinshasa, la capital, situada más de 2 mil 600 km al oeste.
La ONU, preocupada por conflictos étnicos
Ante la creciente presión internacional para poner fin a la crisis, los esfuerzos diplomáticos fracasaron cuando el presidente congoleño, Félix Tshisekedi, se negó a participar de las conversaciones del miércoles con su homólogo ruandés, Paul Kagame.
El vasto país centroafricano posee oro y otros minerales como el cobalto, ingrediente clave de las baterías de alta gama, incluidas las de los teléfonos inteligentes y los coches eléctricos.
La RDC acusa a Ruanda de llevar a cabo la ofensiva para beneficiarse de los abundantes minerales de la región, coincidiendo con expertos de la ONU que afirman que Kigali tiene miles de tropas en su país vecino y un "control de facto" sobre el M23.
Ruanda niega estas acusaciones y Kagame nunca ha admitido su implicación militar, afirmando que el objetivo de Ruanda es hacer frente a un grupo armado, las FDLR, creado por antiguos líderes hutus que masacraron a los tutsis durante el genocidio.
La misión de la ONU en la RDC ha advertido del riesgo de que los combates reaviven conflictos étnicos que se remontan al genocidio e indicó que documentó "al menos un caso de linchamiento por motivos étnicos".
El M23 ocupó brevemente Goma a finales de 2012 antes de ser derrotado por las fuerzas congoleñas y la ONU al año siguiente.