Brasilia. El Banco Central de Brasil subió el miércoles su tasa de interés de referencia en 1 punto por segunda vez consecutiva y anunció otra alza igual en marzo, dejando la puerta abierta a movimientos posteriores en medio de las crecientes presiones inflacionarias.
El comité de fijación de tasas del banco, conocido como Copom, elevó el tipo de interés Selic a 13.25 por ciento en una decisión unánime, la primera bajo el mandato del nuevo jefe de la entidad, Gabriel Galipolo, nombrado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
La subida de tasas, en línea con las expectativas de los 38 economistas encuestados por Reuters, se produjo después de que la Reserva Federal de Estados Unidos mantuviera los tipos estables el miércoles tras una serie de recortes, ampliando la brecha de tasas de interés entre la mayor economía del mundo y la mayor de América Latina.
Para aliviar las preocupaciones sobre su transición de liderazgo y mostrar su compromiso de llevar la inflación al objetivo, el Banco Central de Brasil ya había señalado en diciembre que comenzaría el 2025 subiendo su tasa de interés oficial en dos puntos completos.
Sin embargo, esa postura agresiva ante una economía más fuerte de lo esperado y un mercado laboral tenso no ha sido suficiente para anclar las expectativas de inflación, que han seguido alejándose del objetivo oficial de 3 por ciento con un intervalo de tolerancia de más o menos 1.5 puntos.
Además, la moneda brasileña cayó el mes pasado hasta un mínimo histórico por la preocupación que suscita la creciente deuda pública, a lo que se sumaron las turbulencias de los mercados financieros después de que los recortes del gasto propuestos por el gobierno decepcionaran a los inversores.
Aunque la tensión del mercado ha disminuido desde su máximo de diciembre, los futuros de las tasas de interés siguen siendo elevados.
El real brasileño ha recuperado algo de terreno a principios de año, pero sigue bajo presión, cotizando en torno a los 5.86 por dólar estadunidense frente a los 4.95 de hace un año, lo que se ha sumado a la presión inflacionaria al aumentar el costo de las importaciones.
Como reflejo de las difíciles perspectivas de inflación, el banco central elevó su previsión de inflación para 2025 a 5.2 por ciento, frente a 4.5 anterior.
Para el tercer trimestre de 2026, el horizonte más influido por las actuales decisiones de política monetaria, proyectó una inflación a 12 meses de 4 por ciento.