deportación masivacon la que, un día y el siguiente también, amenaza el cavernícola recién instalado en la Oficia Oval, quien falazmente insiste en que aquéllos
son bandidos,
no aportan naday, en cambio,
le cuestana Estados Unidos. Se le llena la boca, cuando lo cierto es que el único condenado por la justicia de su país es el propio Donald Trump.
En la mañanera de ayer, la mandataria hizo un recuento de las repatriaciones de mexicanos de los últimos seis presidentes estadunidenses (1989-2024, sin considerar el actual) y el número se aproxima a 20 millones de paisanos (la medalla de oro es para Bill Clinton, con casi 7.5 millones). Con todo, cerca de 40 millones –documentados y no– permanecen en aquel país, en el que trabajan y contribuyen al fisco, lo que da cuenta de la urgencia de un tratado migratorio bilateral de largo alcance para bien de todos.
En vía de mientras, el Institute on Taxation and Economic Policy (ITEP, que se reconoce como una organización de política fiscal no partidista y sin fines de lucro
) divulgó el más exhaustivo estudio sobre los pagos de impuestos federales, estatales y locales realizados por inmigrantes indocumentados
en Estados unidos (los estima en 10.9 millones de personas en 2022), y subraya que ellos “pagaron 96 mil 700 millones de dólares en impuestos –en el año de referencia–, de los que 59 mil 400 millones fueron al gobierno federal y 37 mil 300 a estados y localidades”.
De ese estudio se toman los siguientes elementos: los inmigrantes indocumentados pagaron impuestos federales, estatales y locales por 8 mil 889 por persona en 2022; por cada millón de ellos residentes en Estados Unidos, los servicios públicos reciben 8 mil 900 millones en ingresos fiscales adicionales.
Más de un tercio de sus contribuciones fiscales se destinan a impuestos sobre nómina, canalizados a financiar programas a los cuales los inmigrantes indocumentados no tienen acceso. En 2022 pagaron 25 mil 700 millones de dólares por gravámenes a la seguridad social, 6 mil 400 por Medicare y mil 800 al seguro de desempleo.
A niveles estatal y local, un poco menos de la mitad (46 por ciento o 15 mil 100 millones de dólares) de los pagos fiscales de los inmigrantes indocumentados se realizan por medio de impuestos sobre las ventas y especiales que gravan sus compras. Los demás pagos se realizan en impuestos sobre la propiedad, como los aplicados a casatenientes e inquilinos (31 por ciento o 10 mil 400 millones), o sobre las rentas personal y empresarial (21 por ciento o 7 mil millones de dólares).
Seis estados recaudaron más de mil millones de dólares cada uno en ingresos fiscales de los inmigrantes indocumentados que en ellos viven: California (8 mil 500 millones de dólares), Texas (4 mil 900), Nueva York (3 mil 100), Florida (mil 800), Illinois (mil 500) y Nueva Jersey (mil 300).
En 40 de los 50 estados, los inmigrantes indocumentados pagan tasas impositivas estatales y locales más altas que el uno por ciento más rico de los hogares que viven dentro de sus fronteras.
Los pagos de impuestos a la renta por parte de inmigrantes indocumentados se ven afectados por leyes que les exigen pagar más que los estadunidenses en situaciones similares. A menudo, a los inmigrantes indocumentados se les impide recibir créditos fiscales significativos y, a veces, no solicitan reembolsos por falta de conocimiento, la preocupación por su situación migratoria o acceso insuficiente a asistencia para la presentación de declaraciones de impuestos.
Si se les otorgara autorización de trabajo a todos los inmigrantes indocumentados actuales, sus contribuciones fiscales aumentarían en 40 mil 200 millones de dólares por año, hasta alcanzar 136 mil 900 millones. La mayor parte de los nuevos ingresos recaudados en este escenario (33 mil 100 millones) irían al gobierno federal, y el resto (7 mil 100 millones) a estados y localidades.
Pero Trump asegura que estos trabajadores le cuestan
a Estados Unidos.
Las rebanadas del pastel
El cavernícola cierra fronteras, cancela visas, expulsa a migrantes y mucho más, porque, dice, no necesito a América Latina
. Entonces, que cancele sus bases militares en la región y regrese a sus tropas para que laboren en el campo, los servicios y otras áreas, y así supla la no necesaria
mano de obra latina
. Además, alrededor de 800 mil gringos (según el Inegi) viven en México, no necesariamente de forma legal, y bien podrían ir a la pisca.
X: @cafevega