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Stewart Rhodes (con parche en el ojo), fundador de los Oath Keepers, quien participó en el asalto al Capitolio en enero de 2021, asistió a un acto del presidente Donald Trump el fin de semana en Las Vegas, tras recibir un indulto. Foto Ap
27 de enero de 2025 08:39

Entre sus primeros actos de gobierno el lunes pasado, el nuevo mandatario indultó a más de mil 500 fanáticos suyos que participaron en el asalto violento al Capitolio de Estados Unidos en enero de 2021, hiriendo a varios policías, causando la muerte de otro, y algunos de ellos buscando ejecutar al entonces vicepresidente y a la presidenta de la Cámara baja, todo para anular el proceso electoral que culminó con la derrota de Donald Trump. Fue un intento de golpe de Estado.

Con esa orden ejecutiva, Estados Unidos anuló un fundamento de su democracia electoral. El presidente indultó a los participantes en su complot para suspender la Constitución y violar el principio sagrado del traslado pacífico del poder. Al indultar a los que habían sido acusados, cientos de ellos enjuiciados y encarcelados por delitos federales, Trump acaba de justificar el uso de la violencia con fines políticos, una luz verde a más de lo mismo de aquí en adelante.

Trump, quien se refirió a los encarcelados como rehenes del gobierno anterior, insiste hasta hoy día en su gran mentira: el mismo día de su investidura se negó a aceptar que había perdido la elección de hace cuatro años, y en su segundo discurso como presidente insistió en que por cierto, la elección de 2020 fue totalmente fraudulenta, a pesar de la ausencia absoluta de pruebas.

Entre los perdonados hay líderes de organizaciones paramilitares –aquí son milicias–, entre ellos Enrique Tarrio, de los llamados Proud Boys, y Stewart Rhodes, de los Oath Keepers. Tarrio, en sus primeras declaraciones, dijo que habrá retribución por lo que le sucedió a manos de los fiscales y el Departamento de Justicia, mientras señaló que Trump era el mejor presidente desde George Washington. El primer acto de otro rehén liberado fue ir a comprarse un arma de fuego. Yo asaltaría el Capitolio otra vez por Donald Trump, comentó otra.

Así, mientras Trump justifica su deportación masiva declarando que está expulsando criminales extranjeros, liberó a más de mil 500 criminales estadunidenses convictos a las calles de un país donde las agencias de seguridad oficialmente habían declarado que la mayor amenaza a la seguridad nacional es la representada por ultraderechistas nacionalistas y supremacistas blancos.

A la vez, el nuevo régimen Trump ha anulado el principio supuestamente sagrado de que nadie está por encima de la ley. El mismo presidente autoproclamado campeón de ley y orden es un criminal convicto de decenas de cargos federales, y logró –primero con su riqueza y después con su coronación– quedar impune de decenas de cargos relacionados con su intento de golpe de Estado y su uso personal de documentos secretos de seguridad nacional, entre otros.

Con el primer presidente delincuente llegó de manera presencial un grupo de super ricos que ahora están abiertamente no sólo detrás del trono, sino sentados en él. Aquí ya quedó visible lo que Bernie Sanders y el ex presidente Jimmy Carter, entre otros, han advertido: la democracia sustituida por una oligarquía, con todo lo que eso implica.

Es por todo esto que se podría concluir que Estados Unidos no está muy lejos de convertirse en una república bananera. Pero una cuasi república bananera que no puede deshacerse de sus sueños imperiales. Trump llegó a la presidencia hace siete días declarando que deseaba anexar a Canadá, adquirir Groenlandia, recuperar el Canal de Panamá y vaciar a Gaza; y no se limitó a este planeta, sino que en su discurso inaugural declaró que astronautas estadunidenses plantarán las estrellas y barras en el planeta Marte.

Por ello, Estados Unidos no sería sólo una república bananera más, sino que sería la primera superpotencia bananera en la historia del mundo.

Vale recordar que la historia de esas repúblicas bananeras incluye rebeliones y hasta revoluciones, siempre sorprendentes para sus gobernantes y sus aliados en Estados Unidos. ¿Y si esta vez ocurren en Estados Unidos?

Harry Belafonte. Day-O Banana Boat Song). https://www.youtube.com/watch?v=H5dpBWlRANE

Steve Goodman. Banana Republicshttps://open.spotify.com/track/0BIrGt0t2qHD8DvGfmAmC5?si=af87915db4924b79

México, SA

Infonavit: cadena de complicidad. Despojo a 249 mil derechohabientes. Juicios ilegales para robar vivienda.

Astillero

Manipulación mediática contra Petro. Colombia obtuvo logros. Trump redobla amenazas. México: tomar nota.

Dinero

Trump exhibe nueva arma: congelar remesas. Slim cumple 85 años, dos regalos. Humilla China el siglo de oro trumpiano.
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