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Trump y su “gran transformación”

26 de enero de 2025 00:02

Sería alevoso volver a citar al asesor del presidente Clinton quien hizo célebre su consigna “es la economía, estúpido”, pero es, sin duda, pertinente. Vaya que hay mucha economía debajo de todos y cada uno de los actos, actores y arrebatos del nuevo gobierno de Estados Unidos de América. Es cuestión de leerlos con alguna calma y menos angustia para darse cuenta de que, como todas las oligarquías que han pasado por la historia, sus decisiones y previsiones giran en torno al poder, su ejercicio y conservación, a más de engrosamiento, pero se articulan en planes, conjuras y proyectos que directamente y no tienen que ver con eso que llamamos economía.

El dilema es que la economía no nos ofrece respuestas ni claves accesibles para desentrañar unas conductas como las del presidente Trump y sus correligionarios. Mucho menos nos ayuda para vislumbrar las perspectivas de tal desatino histórico como es la segunda llegada al poder de Trump y su banda. Sin atender a la política y las mentalidades, difícilmente podremos acceder a la plataforma de entendimiento que necesitamos para discernir este tsunami y arriesgarnos a proyectar sus desempeños. En la economía como en la política y más allá.

No debería ser debatible ahora postular que el gobierno (re)estrenado busca realizar su “gran transformación” en los mercados, la conformación de las burocracias y sus relaciones con el resto del mundo. “Volver a hacer grande a Estados Unidos”, frase que ilumina su estruendosa y agresiva retórica y que ha sabido vender bien entre los millones de estadunidenses convertidos en fieles seguidores.

Los organismos multilaterales, que no pocos hemos visto como el corazón de una Naciones Unidas volcada a la defensa de la paz y los derechos de las personas, han sido despreciados y abandonados por los testaferros de Trump en tanto que sus relaciones bilaterales han sido puestas en entredicho, en particular la nuestra y la que mantienen con Canadá.

Todo en menos de 24 horas, aunque desplantes más que anunciados en su campaña bélica por la presidencia y las semanas previas a su toma formal del poder estadunidense. ¿Y nosotros? Somos víctima propiciatoria y villano preferido y, a los ojos del trumpismo, esa imagen deberá conservarse al inicio, en medio y al final de unas negociaciones que guste o no tendrán que ir más allá de las revisiones previstas del T-MEC para el año entrante.

De hablar bien y con vigor, y de buscar persuadir se tratarán estas ominosas jornadas que el canciller De la Fuente habrá de encabezar contando con el apoyo oportuno y eficaz del secretario de Economía.

Los temas no son pocos y, menos aún, sencillos; aluden a lo que varios observadores y estudiosos han llamado “policrisis” porque se trata de un tejido intrincado que refiere a la economía, el comercio y las finanzas, al gran tema del cambio climático y, en el centro, el enorme desafío de una cuestión migratoria. Una migración que ha dejado de ser asunto sectorial, que se complica con el paso de las horas, y anuncia el ensanchamiento de las brechas sociales, así como de nuevas incursiones del crimen organizado y de violaciones a los derechos de millones que reclaman un trato “humanitario”.

Pecaré de impertinente una vez más, pero aparte de una contribución efectiva y significativa en divisas de nuestros superricos, se requiere de la generosidad de todos los mexicanos y no sólo de su comprensión distante. Así lo demandan los grandes números de expulsados mexicanos y unas complejidades jurídicas del otro lado que no admiten improvisaciones ni bravatas.

La “conexión americana” tiene que servirse de los generosos servicios de, por ejemplo, la American Civil Liberties Union (ACLU), pero no sólo. Se necesita mucho más. Son abogados y todo tipo de auxiliares y expertos los que deberán jugar del lado de los migrantes y para eso se requieren destrezas y conocimientos en los que poco nos hemos preocupado. Años de autocomplacencia que hoy, con el espectro grotesco de Trump y su banda, se nos presentan como grandes carencias que reclaman urgente atención que no se ha brindado.

“El tema de la migración es crucial y se le ha dado poca visibilidad”, enfatizaba la filósofa española Adela Cortina en noviembre de 2023 por los 75 años de la Cepal. Y agregaba: “No es solamente uno de los grandes retos de nuestro tiempo, sino que puede que sea el mayor reto (…), es un verdadero desafío que deberíamos tener muy en cuenta porque afecta a todos los países y sólo con la colaboración de todos los países se podrá resolver”.

Será que ahora, en medio de la catástrofe, se atenderán las llamadas que ayer desoídas hoy devienen tragedias para muchos mexicanos y sus familias que “no son criminales”, como con furia y miedo expresó uno de ellos al regresar a Tijuana.

Lamento y reclamo de muchos más, del Sur y lo que siga.



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