San Cristóbal de Las Casas, Chis. Miles de católicos de la diócesis de San Cristóbal que participaron en una peregrinación en esta ciudad exigieron el desarme y desarticulación de los grupos criminales que operan en Chiapas y que no haya una "simulación mediática".
También demandaron que se haga justicia para el sacerdote tsotsil, Marcelo Pérez Pérez, asesinado a balazos el 20 de octubre pasado en San Cristóbal y que sean detenidos los responsables del crimen.
La marcha religiosa que se dividió en dos grupos comenzó después de las 9 de la mañana en el poniente y el oriente y concluyó pasadas las 11 a un costado de la catedral de San Cristóbal.
En las últimas cuadras del trayecto se sumaron al frente del contingente, el nuncio apostólico en México, Joseph Spiteri, y los obispos de la diócesis, Rodrigo Aguilar Martínez y Luis Manuel López Alfaro.
"Gobierno, define tu postura: estás con el pueblo o con el crimen", "Queremos solución, no simulación", "Fuera cárteles de Chiapas", "Alto a la narcopolítica", "Alto a los desplazamientos forzados", "Alto a los proyectos de muerte", "Justicia para el padre Marcelo" y "El padre Marcelo vive, la lucha sigue y sigue", corearon los miles de peregrinos provenientes de más de 50 parroquias de la diócesis.
La peregrinación se llevó a cabo con motivo del cierre del Año Jubilar jTatic Samuel. El obispo Samuel Ruiz García, llamado Jtatik, fallecido el 23 de enero de 2011, habría cumplido 100 años de nacimiento el pasado 3 de noviembre, y este sábado 25 se cumplieron 65 años de su ordenación episcopal.
Antes de la misa oficiada por el nuncio apostólico a un costado de la catedral, la agrupación llamada Pueblo Creyente de la diócesis, recordó todo el trabajo pastoral realizado de 1960 a 2000 por el obispo Ruiz Gacía y la persecución que sufrió por defender los derechos de los indígenas, principalmente.
El nuncio apostólico recordó en la homilía las palabras del Papa Francisco durante su visita a San Cristóbal el 15 de febrero de 2016, sobre las injusticias en contra de los pueblos originarios.
"Es una pena reconocer que se siguen cometiendo esos abusos de despojar a los pueblos originarios de sus tierras; de contaminar nuestra casa común", señaló, al tiempo de agregar que "como pueblo creyente estamos llamados a rezar por esos nuestros hermanos y hermanas que están equivocados y les decimos que no pueden seguir viviendo con las manos manchadas de sangre. Pidan perdón a Dios".