Morelia, Mich. Comunidades de las regiones indígenas de la Meseta, Cañada de los Once Pueblos, Lacustre, Sierra y Ciénega de Zacapu, se preparan para el traslado del Fuego Viejo que se encuentra en Ocumicho -Charapan- a San Clara del Cobre, municipio de Salvador Escalante, en donde se encenderán las llamas del nuevo año purépecha el próximo 1° de febrero. “Es nuestra ceremonia más importante, grande y consistente en la renovación, renacimiento, consolidación y fortalecimiento de nuestra cultura”, comentó Pavel Guzmán integrante del comité organizador.
La caminata del fuego viejo iniciará con la celebración de despedida en Ocumicho este 27 de enero, luego integrantes y cargueros del consejo recorrerán 115 kilómetros, llevando a cuestas el anafre donde trasladarán el fuego viejo, para después de cuatro días arribar a la nueva sede donde morirá.
El año nuevo purépecha es de fiesta, de comunicación, “es un movimiento con el que revaloramos nuestra identidad, revitalizamos y recuperamos valores sociales. educativos y artísticos. Es resistencia, reivindicación y lucha cultural”, apuntó Guzmán.
El 31 de enero es la recepción y el resguardo del fuego en Santa Clara del Cobre –ubicada a 18 kilómetros de Pátzcuaro-es la recepción y resguardo del Fuego Viejo, y el 1° de febrero es el encendido del Fuego Nuevo donde permanecerá durante un año.
Se trata de una celebración originaria e histórica, sin intromisión de partidos políticos, religiones ni gobiernos, sólo pretende fortalecer la cosmovisión purépecha. “La ceremonia del K’urhíkuaeri K’uínchekua se realiza con solemnidad y respeto, se encuentra prohibido ingerir bebidas alcohólicas, consumir cualquier tipo de drogas y alterar el orden público.
Desde 1983, los pueblos de estas regiones celebran el Año Nuevo con el encendido del Fuego Nuevo, tradición que se remonta a la época prehispánica. Según el calendario purépecha, el año consta de 18 meses de 20 días. La primera vez que se llevó a cabo la ceremonia fue en Tzintzuntzan; desde entonces se realiza cada año, siendo un elemento importante de fortalecimiento y cohesión del pueblo purépecha.
El sonido de los caracoles alerta al pueblo donde arriban las llamas moribundas del año viejo. Lo acompaña un anafre cubierto con listones de los colores de la bandera purépecha, y con toda solemnidad apagan sus llamas.
Poco antes de la medianoche del 1° de febrero, los cargueros del Fuego Nuevo comienzan los preparativos para encender el Año Nuevo; con el sonido de los caracoles principia la ceremonia, todos guardan silencio y esperan a que la madera que fue colocada en la piedra empiece a arder; así, las llamas empiezan a subir y con ello se inicia el Año Nuevo purépecha.