Ante la infamia, nuestra palabra, nuestro corazón y nuestras manos
, es el mensaje del albergue para migrantes Casa Tochan, ubicado en el oriente de la Ciudad de México, ante la nueva embestida de Donald Trump. Una de las preocupaciones centrales de este espacio seguro para las personas en tránsito, dirigido desde 2011 por Gabriela Hernández, es que la política del gobierno federal anunciada tras el arribo de Trump, que incluye apoyos para los deportados, ignora el hecho de que muchas personas han huido de México hacia Estados Unidos debido a amenazas y temores
. Es un hecho que no todas las personas que salen de sus países lo hacen en busca del sueño americano, sino debido al alto grado de violencia en sus estados (en el caso de México) y países en los que su vida corre peligro. La deportación es sinónimo de muerte para muchos de ellos.
Ante esta situación, Casa Tochan pone el énfasis en las causas de la movilidad social, las cuales permanecen intactas y no hay apoyo económico que las subsane. Las deportaciones, además, no sólo abarcan a la comunidad mexicana, sino a personas de otros países que en México han sido sometidas a todo tipo de violencias y extorsiones por parte de funcionarios de migración y del crimen organizado.
El albergue Tochan es espacio no sólo seguro, sino también fraterno y cálido que ofrece atención integral a personas en condición vulnerable, principalmente migrantes, solicitantes de refugio y víctimas de delitos. Su trabajo es reconocido y valorado por miles de personas que han pasado por un lugar en el que no sólo encuentran techo y comida, sino también acompañamiento y trato digno.
El albergue también calificó como hipócritas y racistas las declaraciones de Trump en las que etiquetó a los cárteles mexicanos de organizaciones terroristas
, pues indicó que omite, como siempre, perseguir y castigar a los cárteles que distribuyen drogas en ese país
.
Larga vida a Casa Tochan y al resto de refugios que abren sus puertas, brindan apoyo y denuncian la violencia contra las personas en movilidad. Los vamos a necesitar más que nunca, pues la cacería ya empezó y el acompañamiento vendrá, como siempre, de los muchos abajos.