Como una política de Estado, el Consejo Nacional de Población (Conapo) se planteó desde su fundación “la planificación de los centros urbanos y la adecuación de la distribución geográfica de la población a las posibilidades del desarrollo regional” (Ley General de Población, 7 enero 1974). Sin embargo, la necesidad de reducir la velocidad del crecimiento de la población mexicana cautivó los esfuerzos del Conapo por décadas, hasta lograr una tasa de crecimiento lento (es de 0.8 por ciento anual).
Ante la irregular distribución territorial, el ex presidente López Obrador planteó como uno de sus 100 compromisos de gobierno “la descentralización de las dependencias de la Administración Pública Federal (APF)”. Al cierre de su sexenio, el propio ex jefe del Ejecutivo reconoció que no fue posible cumplir este compromiso.
Sin embargo, esfuerzos visibles y logros parciales permitieron conocer los procesos implicados. Para evitar la aglomeración poblacional y la concentración de instancias gubernamentales en la Ciudad de México y en su zona metropolitana (la séptima ciudad más poblada del mundo), se realizó un estudio que orientara la manera de identificar potenciales lugares de destino, ciudades que podrían recibir instituciones gubernamentales y contribuir a la descentralización (La descentralización pública, Segob/Conapo/enero 2025).
El trabajo confirmó que la reubicación de población presenta retos económicos y administrativos para las instituciones y de planeación urbana para los municipios. Se estimó el número de trabajadores y familiares de instituciones seleccionadas en fuentes de estimación disponibles: Censo Nacional de Gobierno Federal, Plataforma Nacional de Transparencia, Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado y Nómina Transparente.
Entre las principales conclusiones se valora como indispensable el análisis de los recursos naturales. De las ciudades estudiadas, 23 no aseguran el abastecimiento de agua ni la sostenibilidad ambiental. El riesgo por desastres asociados con fenómenos naturales es clave, y suele coincidir con condiciones precarias de vivienda e infraestructura (Cenapred, 2023).
La marginación es relevante. Antes de mover a toda una institución federal es necesario superar el rezago de indicadores socioeconómicos y de hacinamiento, así como la presión sobre servicios locales e infraestructura de transporte. La concentración del empleo puede agravar las desigualdades territoriales y generar mayor disparidad entre municipios dentro de una misma zona metropolitana. Además, hay que superar los índices de violencia para garantizar condiciones de seguridad a los futuros residentes y el desarrollo de las actividades institucionales.
Se encontró que las ciudades con mejores condiciones de recepción se ubican en el sur y sureste del país, donde la administración anterior ubicó acertadamente las principales inversiones en infraestructura, condiciones opuestas se observan en centro y norte.
Ocho ciudades son más viables para recibir instituciones de la APF y a su respectiva población: Mérida presenta óptimas condiciones como destino de un proceso de descentralización; con un solo aspecto a tomar en cuenta están cinco ciudades: la falta de agua en Monterrey y Aguascalientes, Oaxaca por ser una zona sísmica, el alto riesgo de inundaciones en Villahermosa y Ciudad del Carmen; Chetumal presenta el riesgo de ciclones e inundaciones y Tuxtla Gutiérrez, de tormentas eléctricas y sismos.
12 ciudades cuentan con más de un reto para recibir dependencias: Xalapa por tormentas eléctricas, inundaciones y ondas de calor; por falta de agua y peligros naturales diversos están: San Luis Potosí, Querétaro, Pachuca, Tlaxcala-Apizaco, Mexicali, La Paz, Toluca, Morelia y Puerto Vallarta. Por falta de agua y alto índice de homicidios se señala La Laguna, Acapulco, por altos niveles de homicidio y peligros naturales.
Tres tipos de retos se acumulan en 11 ciudades: falta de agua, peligros naturales y nivel de homicidios en Chihuahua, Ciudad Obregón, Puebla-Tlaxcala, León, Nuevo Laredo, Mazatlán, Tijuana, Durango, Colima-Villa de Álvarez, Cuernavaca y Zacatecas.
El proceso de descentralización es costoso y lento, no es recomendable realizarlo de manera paralela en varias dependencias, sino de forma gradual. Un desarrollo equilibrado y sostenible requiere evaluaciones periódicas y ajustes oportunos, medir resultados a lo largo del tiempo y maximizar los beneficios para las partes involucradas. Los retos más difíciles de revertir son la presión del recurso hídrico y los peligros naturales, superar el complejo tema de la inseguridad seguirá siendo clave, como alta prioridad del gobierno de México para orientar la descentralización.
Más allá de la descentralización, la publicación abre oportunidades para atender desafíos que requieren atención: marginación, accesibilidad geográfica, movilidad laboral y vivienda. Los anexos contienen indicadores que posibilitan profundizar, robustecer y contextualizar la toma de decisiones basada en datos, y pueden contribuir a orientar el compromiso número 89 de la Presidenta de México: “La inversión privada y la relocalización de las empresas con innovación, buenos salarios, protección al medio ambiente y con contenido nacional, y para crear nuevos polos de bienestar y los nuevos parques industriales del país”.
*Secretaria técnica del Conapo
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