Newark. El alcalde de la ciudad estadunidense de Newark, cerca de Nueva York, denunció que agentes realizaron un redada contra migrantes "sin orden judicial" en un negocio local este viernes, días después de que el presidente Donald Trump firmara una serie de decretos para frenar la entrada de extranjeros y prometiera de nuevo llevar a cabo deportaciones masivas de ciudadanos irregulares.
Agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) allanaron el jueves sin aviso previo un negocio de marisco en Newark, donde detuvieron a "residentes indocumentados, así como a ciudadanos (estadunidenses) sin orden judicial", entre ellos un veterano del ejército, lamentó este viernes el alcalde Ras Baraka en una conferencia de prensa.
Según algunos testigos, los migrantes detenidos son de origen ecuatoriano, una comunidad muy numerosa en esta zona.
El alcalde lamentó que las detenciones no respondan a los criterios esgrimidos por Trump para luchar contra la migración ilegal: que los indocumentados hayan cometido algún delito.
"Ninguna de estas personas eran violadores criminales o delincuentes", dijo Baraka, que denunció que el "ICE fue sin una orden judicial" y tachó la operación de "violación" de la Constitución.
Newark, al igual que otras ciudades como Nueva York, son consideradas ciudades santuario, aquellas en las que las autoridades limitan o niegan su cooperación con el gobierno nacional en la aplicación la ley de migración.
En los primeros días de la presidencia de Trump, 538 migrantes han sido detenidos, según el ICE. Varios centenares han sido deportados en aviones militares. Dos de estos aviones aterrizaron en Guatemala, según las autoridades locales.
"¿Cómo determinar quién es indocumentado y quién es un criminal con sólo mirarlo? Si permitimos que la gente nos identifique o nos ponga en categorías de criminales o cualquier otra cosa, sólo por nuestra apariencia, entonces estamos volviendo a una época que era muy peligrosa en este país, específicamente para la gente que se parece a mí", dijo el alcalde afroestadunidense.
"La gente tiene miedo", aseguró Amy Torres, directora ejecutiva de la Alianza de Nueva Jersey por la Justicia de los Inmigrantes, que comparó la operación con una película de acción.
"Estaban fuertemente armados. No hubo anuncio previo. Bloquearon entradas y salidas. Trepaban por rampas de entrega. Golpeaban las puertas de los baños para asegurarse de que nadie se escondía dentro. Y lo más importante (...) hicieron todo esto sin presentar un solo nombre con una sola orden judicial", denunció.
"Culpables por asociación"
"Sabíamos que iba a ocurrir, pero lo que hemos sabido por la gente que lo presenció es que (los agentes) del ICE llegaron como si fuera su propia casa", dijo Torres, que zanjó: "Lo llaman una operación dirigida".
Pero para esta experta legal, el "ICE se ha extralimitado más allá de lo que la Constitución permite".
"Eso (...) hace a todos los demás culpables por asociación. Si no pueden deportarte y detenerte físicamente, quieren encerrarte en el aislamiento de tu propia casa, para que desmatricules a tus hijos, para que cuando estés enfermo o tengas una emergencia de salud, estés demasiado asustado para ir al médico, cuando te estén reteniendo el sueldo, cuando tu casero se niegue a encender la calefacción, no digas nada".
Algunas organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes, como la Unión Estadunidense de Libertades Civiles (UCLA, por sus siglas en inglés) ha emitido consignas para la comunidad de indocumentados, que según algunas fuentes oscilarían entre 11 y 14 millones de personas.
Entre dichas consignas, está la de no abrir la puerta a nadie a menos que haya una orden judicial, no mentir a los agentes y aguardar silencio y no firmar nada hasta que se pueda contar con la ayuda de un abogado.