La imposición de aranceles de 25 por ciento a México, como ha amenazado el presidente Donald Trump, traería “graves repercusiones” a la clase trabajadora de ambos lados de la frontera, alertaron organizaciones defensoras de los derechos laborales.
Entre ellas, complicaría las negociaciones salariales de los sindicatos que se llevarán a cabo en los próximos meses y desataría paneles de solución de controversia, debido a que Estados Unidos estaría violando disposiciones del acuerdo comercial del T-MEC, como las reglas de origen del sector automotriz.
Ante este panorama, el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (Cilas) urgió a los sindicatos se unan en una estrategia de acción común para enfrentar las consecuencias de las medidas del presidente republicano, quien desde que asumió el cargo esta semana planteó la posible aplicación de gravámenes a las importaciones mexicanas.
Héctor de la Cueva, coordinador del Cilas, señaló que se prevé que las empresas usarán esa advertencia para negarse a mejorar el poder adquisitivo y las condiciones laborales de los trabajadores.
Sin embargo, subrayó que aunque eso pase, no hay justificación que impida incrementar los salarios contractuales en al menos 10 por ciento, ya que el año pasado la industria automotriz registró “ganancias extraordinarias”.
En 2024, la producción alcanzó los 3.9 millones de vehículos, cifra superior al récord de 2017; las exportaciones sumaron 3.5 millones de unidades, 5.4 por ciento más que el 2023, y las ventas crecieron en ese mismo periodo 9.8 por ciento con 1.5 millones de autos, el tercer mayor volumen en la historia del sector en México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
El asesor de sindicatos independientes opinó que Trump no puede subir los aranceles “a diestra y siniestra”, ya que México o Canadá podrán apelar a lo pactado en el acuerdo comercial.
Puntualizó que en el capítulo automotriz del tratado se estableció cómo circulan libremente las mercancías con determinados porcentajes de reglas de origen de la región.
Explicó, por ejemplo, el ensamblaje de automóviles debe tener el 75 por ciento de sus componentes clave producidos en la región, tales como motores, transmisiones y baterías de litio; además, se incluyó un salario mínimo de 16 dólares la hora como condición para la libre circulación de mercancías.
“Además de que es una medida que implica desmontar el orden comercial de la región y puede llevar a una guerra de litigio en paneles de revisión, la puesta en marcha de aranceles afectaría a las propias transnacionales norteamericanas –que son quienes realizan una gran parte de las exportaciones– y al conjunto de las cadenas productivas de la región”, subrayó.