La situaciones polémicas previo a la pelea entre Omar Chávez y Misael Rodríguez parecen no tener fin. El menor de los Chávez llegó ayer más de dos horas tarde a la ceremonia de pesaje en San Luis Potosí y superó por 600 gramos el peso pactado para el combate (76.800 kilogramos) la primera vez que se subió a la báscula, pese a no llevar ninguna prenda.
“Que falta de respeto de este amigo la verdad. Esto para mí es alguien que está dejando tirada la pelea, es algo injusto de nuevo, hablaré con mi mánager para que me asesore”, declaró el Chino, quien en su primer intento dio el peso establecido (76.700).
Ante la ausencia de su rival, Rodríguez aprovechó para brindarles a los asistentes el cara a cara tradicional en cada evento de esta índole. El medallista olímpico en Río 2016 se puso de frente ante la imagen de Chávez (impresa en la publicidad de la pelea), para simular la escena.
“Me tocó hacer el cara a cara frente a este camarada, ni modo, nada de profesionalismo de esos Chávez, para el papá mis respetos, llegó desde temprano. Pero Omar parece más que una estrella. ¡Hay que aterrizarlo este sábado!”, comentó Rodríguez.
Tras su primer fracaso con la báscula, Chávez se retiró de la arena sin pronunciar palabra en medio de especulaciones por otra posible cancelación del combate. En octubre del año pasado, la pelea entre ambos púgiles organizada en Hidalgo, se tuvo que cancelar debido a que Omar contaba con kilogramos extra antes de subir al ring.
El menor de los Chávez regresó a la Arena Potosí para encarar su segundo round con el artefacto, al cual en esta ocasión subió con bóxers y casi sin poner presión con su cuerpo para alcanzar el límite del peso establecido. A su alrededor, se escuchaba la presión y los cuestionamientos del equipo de su rival, quienes alegaban “que se pesara bien y no se moviera”.
Con el alivio de haber superado el obstáculo, Omar gritó al bajarse de la báscula y envalentonado se acercó al equipo del Chino. “Voy a noquear a Misael, lo voy a hacer y hasta a ti te va a doler”, exclamó.