Culiacán, Sin. Al grito de "Fuera Rocha, Fuera Rocha”, “Los niños no se tocan”, “Culiacán está de luto” y “Queremos Paz”, cientos de familias, maestros, estudiantes y trabajadores de Culiacán, Sinaloa, salieron a las calles hartos de la inseguridad y violencia que asola a la entidad, y en repudio al asesinato de un padre de familia y sus dos hijos. Los manifestantes irrumpieron en la sede del Palacio de Gobierno, rompiendo cristales y se dirigieron a la oficina del mandatario estatal, el morenista Rubén Rocha Moya, a quien exigían los atendiera.

Previo a la movilización, Culiacán vivió una jornada más de violencia, como ocurre desde el pasado 9 de septiembre, cuando inició una cruenta disputa entre las dos principales facciones del cártel de Sinaloa: Los Chapitos y Los Mayitos, que ala fecha ha dejado más de 700 asesinatos, de acuerdo con cifras oficiales.

Entre los hechos violentos ocurridos este jueves, dos policías municipales fueron asesinados, en un ataque en el que una mujer resultó herida de bala; el youtuber Adal Peña, conocido como “El Tata” fue ultimado a balazos en un restaurante y desconocidos atacaron el cenotafio de Édgar Guzmán, hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, erigido en el estacionamiento de un centro comercial.

Alrededor de las (9 de la mañana), los inconformes, vestidos de blanco, con banderines y globos con los nombres de Gael y Alexander, víctimas de un ataque armado ocurrido el pasado domingo,

iniciaron la marcha en la Primaria Sócrates Víctor Aispuro y tomaron la avenida Álvaro Obregón.

En el trayecto no cesaron los reclamos por la ineficacia de las autoridades estatales para contener la ola de violencia que diariamente afecta a la capital del estado. “Unete, únete, puede ser tu hijo”, expresaron.

Rostros desencajados, llanto y gritos desgarrados clamaron para que se haga justicia a las personas que han perdido la vida a manos de criminales durante los cuatro meses en que los sinaloenses han estado “secuestrados por la violencia”.

Los inconformes ingresaron a la explanada del ayuntamiento de Culiacán, donde colocaron una mampara con una fotografía grande de los pequeños Gael, Alexander y su padre, con el mensaje "Culiacán está de Luto".

Pusieron también flores blancas y veladoras, además de brindarles un momento de aplausos y soltar los globos al cielo.

Minutos después, el contingente se enfiló hacia la avenida Álvaro Obregón, donde un grupo de los manifestantes quebró los cristales del Palacio de Gobierno para ingresar al inmueble.

Los elementos de seguridad les pidieron que ingresara una comitiva, ya que el gobernador

Rubén Rocha Moya estaba en la disposición de escucharlos; sin embargo los quejosos pidieron que el mandatario bajara para escucharlos y dar un mensaje de paz al pueblo.

No obstante, cansados de que nadie les de la cara ni una explicación, varios participantes de la protesta

quebró las puertas que los vigilantes cerraron para impedir su ingreso.

Con los vidrios quebrados y las autoridades de seguridad a un costado, los inconformes subieron hasta el tercer grupo para gritar "fuera Rocha, fuera Rocha”.

En la explanada de gobierno del Estado se quedó un contingente que gritó “cobarde Rocha, cobarde Rocha”.

Destrozos en oficina de Rocha

Paredes, computadoras, escritorios, puertas y una pequeña cocina, fue lo que destrozaron los ciudadanos que buscaban, a toda costa, entrar a la oficina de Rocha Moya; pese a los reclamos, ningún funcionario salió a atenderlos.

Minutos después, optaron por bajar a la explanada y pidieron a los participantes en la movilización a que regresaran a sus casas, que cuidaran a sus hijos y que se cuidaran ellos, porque en Sinaloa nadie los cuida y no hay seguridad. El Palacio de Gobierno quedó manchado de pintura roja con escritos como “Justicia”, “Fuera Rocha”. En el piso de la explanada y en algunos comercios de las inmediaciones, pusieron cartulinas con reclamos, entre ellos “Justicia para Gael y Alexander”.

Dijeron estar cansados de vivir en violencia, de ser víctimas colaterales, que las autoridades no hagan su trabajo y que los hechos delictivos queden impunes.

El director de la escuela Sócrates Víctor Aispuro reprochó que “Culiacán está bañado en sangre, queremos paz, los niños no se tocan”. Lamentó que desde hace cuatro meses las familias de la ciudad

se adaptaron “a un estilo de vida que lastima porque las calles de la ciudad dejaron de ser seguras”.

Demandó a las autoridades brinden la seguridad a las familias que diariamente tienen que salir a trabajar y los niños a estudiar.

Alumnos de la primaria General Anatolio Ortega se unieron a la exigencia de que haya justicia y no quede impune la muerte de los integrantes de la familia Sarmiento Ruiz.

Cuando los menores vieron pasar el contingente por la calle Epitacio Osuna, gritaron desde las aulas

“Con los niños no”, “Queremos Paz”. Maestras del plantel, vestidas de blanco, salieron con megáfono y mostraron su apoyo a los manifestantes.

Antes de que iniciara la marcha, el youtuber Adal Peña, conocido como El Tata, fue asesinado a tiros en un restaurante del sector Desarrollo Urbano Tres Ríos, en la capital sinaloense.

Fuentes policiacas revelaron que el influencer de 41 años realizaba ejercicio cuando fue atacado por hombres armados alrededor de las 7:40 horas.

Elementos de diversas corporaciones se dirigieron al lugar de los hechos. Adal Peña vestía un short deportivo color gris, una chamarra negra y tenis blancos.

‘El Tata’ era conocido en redes sociales por compartir contenido relacionado con el mundo del fitness y de su día a día en compañía de su familia y amigos.

Minutos después, desconocidos atacaron y destruyeron el cenotafio de Édgar Guzmán, hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, y hermano de Ovidio Guzmán, erigido en el estacionamiento de plaza comercial del City Club, al norte de Culiacán.

Según testigos presenciales, alrededor de las 8 de la mañana en el sector Humaya se escuchó una fuerte detonación; minutos después, en redes sociales comenzaron a circular imágenes de la estructura dañada. En ese sitio Edgar Guzmán fue ejecutado a balazos el 8 de mayo de 2008.

En el lugar se quedó un vehículo de la marca Sentra azul con daños por la explosión e impactos de arma de fuego. Autoridades de seguridad llegaron al sitio para resguardar la zona e iniciar una investigación.

Más tarde, alrededor de las 8:40, dos elementos de la Policía Municipal fueron ultimados y uno resultó herido, así como una transeúnte, tras ser atacados por sicarios en inmediaciones del Parque 87, cuando realizaban un recorrido de vigilancia.

Los agentes que perdieron la vida fueron identificados como Jassiel Medrano Barraza, de 28 años, e

Isidro Ojeda Merino, de 54 años, cuyos cuerpos quedaron a bordo de su patrulla a la altura del estacionamiento de un negocio de autopartes, cuya fachada recibió impactos de bala, al igual que un vehículo estacionado. El uniformado lesionado responde al nombre de Francisco Eduardo, de 43 años.

(Con información de Debate de Sinaloa)