Ciudad Juárez, Chih. Rendido, Gerardo -mexicano de 33 años que vivió durante ocho años en Estados Unidos- es uno de los primeros mexicanos deportados en la era Trump.
Junto a un grupo de 40 connacionales, intentaron ingresar de manera irregular a territorio estadunidense la noche del sábado pasado -aún bajo la administración de Joe Biden-, sin embargo, la fortuna no estuvo de su lado y fueron interceptados por elementos de la patrulla fronteriza. Se les envió a los espacios de retención migratoria y ayer -en el segundo día de Trump al frente de la Casa Blanca- se les deportó por el puente fronterizo Paso del Norte, que conecta Ciudad Juárez con El paso, Texas.
Él y otros tres paisanos, Gerardo, originario de Guerrero, vivía en Estados Unidos. Por años trabajó duro para enviar remesas a su familia. Sin embargo, la mala fortuna llegó el 24 de diciembre pasado.
Cuando retornaba del trabajo a bordo de su vehículo por algún punto de Phoenix, una llanta se le ponchó, viajaba junto a otros paisanos. De inmediato un policía les ofreció apoyo para que cambiaran el neumático, pero un segundo uniformado “racista” de inmediato les exigió sus documentos migratorios, y al no contar con ellos dio aviso a la autoridad correspondiente y se les detuvo.
Se les deportó vía aérea en diciembre rumbo a la Ciudad de México, sin embargo, Gerardo y sus compañeros no se quedaron conformes y viajaron hasta Ciudad Juárez para intentar cruzar de nuevo el muro fronterizo.
“Ya tenía mi vida hecha allá, llevaba ocho años trabajando duro, y me tocó la mala suerte, por eso insistimos en volver a cruzar”, narra en entrevista vía telefónica desde Janos, Chihuahua, a donde decidió ir a trabajar en el campo, pues dice que en Juiárez no tiene nada que hacer.
El connacional y su grupo no tuvieron suerte, el sábado, en su intento por cruzar la frontera -aseguró que lo hicieron por su cuenta y sin apoyo de coyotes-. Fracasaron y los volvieron a enviar a México, esta vez vía terrestre por Ciudad Juárez.