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Masculino y femenino son los únicos géneros que ahora reconoce la Casa Blanca

21 de enero de 2025 07:27

Washington y Nueva York., Donald J. Trump rindió juramento como presidente 47 de Estados Unidos ante el jefe de la Suprema Corte, en un espectáculo manejado por el magnate y estrella del entretenimiento para proyectarse como el mandatario electo por Dios, consolidar su poder e iniciar lo que llama una revolución del sentido común, cuyos primeros pasos son sellar y militarizar la frontera con México, retomar el control del Canal de Panamá y evaluar qué aranceles se aplicarán en un futuro próximo.

GALERÍA: Trump toma protesta por segunda vez como presidente de EU

“Primero declararé una emergencia nacional en nuestra frontera sureña. Todo ingreso ilegal cesará de inmediato y empezaremos el retorno de millones y millones de extranjeros criminales a sus países de origen”, declaró en su discurso inaugural minutos después de su juramento. Trump agregó que reinstaurará el programa Quédate en México, que requiere que solicitantes de asilo permanezcan en dicho país mientras se evalúan sus casos.

Enviaré tropas a la frontera sur para repeler la invasión desastrosa a nuestro territorio, dijo, y reiteró que pondrá fin a las políticas anteriores que, acusó, ofrecen un santuario para criminales peligrosos y de manicomios que invaden nuestro país. También declaró que designará a los cárteles de la droga organizaciones terroristas extranjeras (lo cual, había dicho anteriormente, podría justificar el uso de fuerza militar en su contra).

Y no se olvidó de lo que muchos no tomaron en serio: vamos a retomar el Canal de Panamá, al denunciar que ahora está bajo control de China. Agregó que esto es parte de Estados Unidos reclamando su lugar como nación más poderosa y respetada en el mundo. Trump también ha ordenado renombrar el Golfo de México por Golfo de América.

Su discurso, como se esperaba, incluyó promesas de poner fin a la inflación, anular regulaciones ambientales, acelerar la explotación de hidrocarburos para fomentar un crecimiento económico con base en ese oro líquido, terminar con programas de diversidad racial y sexual y proclamar que los únicos géneros que serán reconocidos por el gobierno federal serán el masculino y el femenino. Además, prometió cambiar un sistema educativo que enseña a los estudiantes a odiar a nuestro país, en referencia a textos de historia y literatura crítica y no suficientemente patriótica.

Se atrevió a citar al reverendo Martin Luther King, cuyo día feriado oficial fue ayer lunes –quien representa casi todo lo opuesto a Trump, señalaron críticos–, prometiendo: haremos su sueño una realidad. Agradeció el apoyo de votantes hispanos y afroestadunidenses para su triunfo.

No fue modesto: al empezar el discurso proclamó que “la edad de oro de America empieza ahora mismo”. Más adelante, comentó que “aquellos que deseaban frenar nuestra causa han intentado tomar mi libertad, y de hecho, mi vida. Mi vida fue salvada por una razón: fue salvada por Dios para hacer grandiosa a America otra vez”.

Todo esto, ante una audiencia dentro de la rotonda del Capitolio –en la sede que fue invadida por sus fanáticos para descarrilar la ratificación de los resultados de la elección anterior– conformada por su familia, su vicepresidente, los ex mandatarios Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama, los líderes del Congreso, los nominados para su gabinete e invitados de honor, incluidos algunos de los hombres más ricos del planeta, donantes, algunos influencers famosos, estrellas de carreras de autos y otros comunicadores que son efectivos con sus bases. Proclamó que encabeza una oleada de cambio para el país, donde la nación se une en torno a nuestra agenda (eso es falso según las encuestas más recientes).

Subrayó que con su elección “el declive de America se terminó” y que la elección le dio un mandato para revertir muchas traiciones que han tomado lugar, y regresarle al pueblo su fe, su riqueza, su salud y su democracia. Proclamó que el 20 de enero es día de la liberación”.

Poder político y religioso

La ceremonia oficial incluyó esa rara mezcla de poder político y religión tan profunda en este país, un cardenal católico y un reverendo protestante pidieron que “Dios bendiga a America” y al nuevo presidente. Franklin Graham, el protestante, fue el más partidista, dando gracias a Dios por haberle salvado la vida, y por retornarlo a la Casa Blanca, todo envinado en un vocabulario religioso, casi proclamando que Estados Unidos es la tierra prometida bajo el liderazgo de Trump. También hubo una bendición de un rabino sionista, un reverendo afroestadunidense que incluyó frases de Martin Luther King a favor de Trump, otro católico, quien llamó al magnate un milagro. Las canciones patrióticas, que casi siempre incluyen referencias religiosas, también fueron parte de la ceremonia en, tal vez, el país avanzado más religioso del mundo.

Entre el público había varios que han sido directamente atacados por Trump, incluidos algunos cuyas vidas fueron puestas en peligro, entre ellos su ex vicepresidente Mike Pence, algunos policías del Capitolio y legisladores que fueron obligados a huir de sus fanáticos en el intento de golpe de Estado del 6 de enero de 2021.

Fue por ello que en el discurso oficial de apertura de la ceremonia de inauguración, la senadora demócrata Amy Klobuchar subrayó: hoy habrá un traslado pacífico del poder que está en el corazón de nuestra democracia.

Al concluir la ceremonia, Trump acompañó a Joe Biden y a su esposa detrás del Capitolio, donde esperaba un helicóptero que llevó a la pareja a un aeropuerto y de ahí a California, marcando el fin de la carrera política de medio siglo en esta capital del ahora ex presidente.

Pero poco antes de la ceremonia oficial, en su última acción como jefe de la Casa Blanca, Biden firmó indultos preventivos para varios ex funcionarios, legisladores y hasta militares que Trump y su equipo amenazaban con perseguir judicialmente. Entre los indultados: Anthony Fauci, el zar de salud del propio Trump encargado de enfrentar la pandemia del covid-19, los integrantes del comité legislativo que investigó el intento de golpe de Estado incitado por el ahora presidente el 6 de enero de 2021, entre ellos la republicana Liz Cheney, hija del ex vicepresidente Dick Cheney, y el general Mark Milley, ex jefe del estado mayor. También emitió indultos a cinco miembros de la familia Biden como precaución contra una posible persecución del gobierno de su sucesor; ya había indultado a su hijo Hunter con anterioridad.

Pero no todas sus acciones fueron para proteger a sus amigos y familia. Biden conmutó ayer la condena de cadena perpetua del prisionero político más famoso del país, el líder indígena Leonard Peltier. Con ello, el dirigente puede cumplir el resto de su sentencia confinado a su casa, después de cinco décadas en prisión.

La siguiente escala de Trump fue retornar a una arena deportiva repleta con sus simpatizantes, donde ofreció otro discurso que incluyó burlas a su antecesor –el peor gobierno que haya existido jamás– y elogió a los rehenes del 6 de enero, que prometió indultar más tarde. También se dio el crédito por el alto el fuego en Gaza. Más aún, hizo algunas referencias que estos reporteros tendrán que investigar más para entender, incluido el caso de dos ballenas que murieron a causa de remolinos de energía de viento.

El día concluyó con el nuevo presidente en la Sala Oval firmando decenas de órdenes y acciones ejecutivas antes de ir a las tres fiestas de gala en su honor.

Antes de la segunda investidura de Donald Trump, muchos líderes multimillonarios de la industria volaron a Palm Beach para besar el anillo del nuevo presidente de Estados Unidos, esperando recibir sus favores. Infografía Graphic News

 

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