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Ciudad perdida

20 de enero de 2025 07:38

Por ahí del medio año del pasado 2024, el ahora secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, nos dijo que no había razones para temerle a Donald Trump, pero que sí las veía para ser prudentes y cuidadosos en nuestra relación con el gobierno que ya se inicia.

En aquel momento no parecían tan reales todas las amenazas del presidente convicto, pero para la presidenta Claudia Sheinbaum, sin dudar y sin subestimar, la idea de prevenir era, y es, la defensa de la soberanía del país, y empezó a perfilar una labor que hoy está convertida en una constante de trabajo en el que están comprometidos todos los factores de su gobierno.

La situación no ha sido fácil. En la Casa Blanca nunca ha habido un aliado, y pese a la oratoria presidencial, que en algunos momentos hubiera parecido amistosa, las acciones xenofóbicas llenan las páginas de la historia de ese país. Vale recordar ahora cuando el presidente Eisenhower puso en marcha la Operación Espaldas Mojadas, que hizo posible la deportación de más de una docena de millones de mexicanos en 1954; hay versiones que hablan de que durante la primera semana de ese operativo se detuvo y se enviaron a México a 12 mil 300 migrantes mexicanos, y al final del mes más de 20 mil habían sido detenidos.

Aunque en fechas recientes se ha dicho que fue Obama quien más mexicanos ha deportado, los datos duros indican que en la administración de Bill Clinton, 7 millones 447 mil mexicanos fueron forzados a dejar Estados Unidos, la cifra más alta de los últimos tiempos, con lo que Clinton se convirtió en el campeón de las deportaciones.

Ayer, durante un discurso pronunciado en el Capital Oe Arena de Washington, a unas horas de su toma de posesión, Trump volvió a lanzar el amago. Ahora dijo que mañana, para cuando se ponga el Sol, la invasión contra nuestras fronteras se habrá detenido.

Para nuestro país y para la presidenta Sheinbaum el asunto es muy claro, y con el trabajo de la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, se ha elaborado un plan que, aunque no se sabe mucho de él, se tiene la seguridad de que se habrá construido con la idea de hacer menos traumática la deportación.

Lo que se tiene en claro es que, como nunca se logró, más allá de las posturas extremas, convocar con éxito a los representantes más conspicuos de la iniciativa privada para formar algo así como una red de protección contra la injusticia de las deportaciones.

Es decir, lo que sabemos hasta ahora es que México está listo para enfrentar una estrategia que vaya en contra de nuestra gente, en caso de que se diera. Tal vez por eso es que Juan Ramón de la Fuente aseguraba que a Trump no se le temía, pero sí se le medía.

Así las cosas, habrá que estar pendientes de las primeras acciones de Trump y de la respuesta que dentro, ojo, dentro de aquel país se dé a esas acciones, porque allá también se cuecen habas.

Y también, y de todas formas, la reacción en México a la posibilidad de que se cumplan las amenazas del presidente convicto y a las que ha convocado Claudia Sheinbaum podrían darse mañana mismo en caso de que sean extremas. Así van las cosas.

De pasadita

No hay alcaldía, en los casi mil 500 kilómetros de la Ciudad de México, que no esté invadida por baches de todos tamaños, desde los que apenas nacen hasta los que ya son verdaderos hoyos.

Y lo peor es que, por ejemplo, en la Cuauhtémoc, antes de hacer un trabajo que remedie de fondo el problema las compañías se han dedicado en buena parte a parchar los baches, y más tardan en cubrirlos que en lo que vuelven a formar, más profundos y más peligrosos. Aguas.

American curios

Entre luto y resurrección.

Nosotros ya no somos los mismos

Respira aire de mala calidad casi 99 por ciento de la población.

Astillero

La 4T, a prueba ante Trump.
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