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¿La fiesta en paz?

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La escuela mexicana del toreo obligaba a inclinar la cintura para dar dimensión y acompañar la embestida, no a todo lo que llegaba de afuera. Foto archivo
19 de enero de 2025 08:49

Con las corridas incruentas, adiós a morir matando y matar muriendo y entonces todos, o casi, contentos, ya que escasos aficionados saben valorar y premiar la suerte suprema y pocos los toreros que dominan cabalmente dicha suerte. En ese sentido resulta esclarecedora la opinión del analista taurino –más de 40 años de experiencia– Francisco Terán, licenciado en comunicación, periodista, cronista, investigador, conferencista y productor de videos, entre otras cosas.

“En mi opinión –comienza Paco, como es conocido en el medio taurino–, la disyuntiva de mantener la fiesta tal como está o hacerla incruenta, es falsa. Lo que declaró la presidenta Sheinbaum es que se vuelve incruenta o se prohíbe. Entonces me parece menos malo que sea incruenta a que sea cancelada y desaparezca. Ahora, creo que esta situación será temporal pues la impulsan poderes supranacionales que quieren imponer a escala mundial un pensamiento único para manipular mejor a los países, por lo que intentan privarlos de sus tradiciones y despersonalizarlos. Paradójicamente, con la llegada de Trump esto puede ser reversible, ya que parece estar en contra de ese pensamiento único según estudios serios.”

Al suprimir en el ruedo la sangre del toro y su muerte, ¿no se está suprimiendo ese encuentro sacrificial entre toro y torero que le daba a la lidia su dimensión ética y ritual?

“Creo que al quitar la sangre del toro en el ruedo –morirá como sea y donde sea, pero no a la vista–, no se está quitando la esencia del toreo sino una de sus esencias; hoy, el arte del toreo es algo más que dar muerte a los toros a estoque. Las generaciones futuras de aficionados no van a querer la sangre del toro en el ruedo, sino eventualmente la del torero. Entonces, no hay que pensar sólo en lo que hoy nos gusta, sino en las preferencias del público futuro, siempre y cuando, claro, se efectúe una eficaz capacitación mediática que abone en el retorno de la ortodoxia. Pero las legiones de cronistas dizque taurinos en redes sociales que luego de ver dos corridas opinan y pontifican, hace más complicado ese futuro.”

¿La fiesta actual en México?

“Sostengo que la expresión más alta a la que ha llegado el toreo es la escuela mexicana del toreo, si tomamos en cuenta ese toro que propiciaba el temple, el ritmo, el compás y la largueza en las suertes, la continuidad y la ligazón, lo que obligaba a inclinar la cintura para dar dimensión y acompañar esa embestida, no a todo lo que llega de afuera. De unos 20 años para acá, los toreros mexicanos han desdeñado esa escuela por imitar modelos españoles a través de dos vías: la transmisión por televisión de corridas de España y la importación indiscriminada de ‘maestros’ españoles del toreo, los cuales enseñaron a los jóvenes a ser valientes, no a torear y a ser expresivos a través de una tauromaquia propia. Por eso en México no tenemos figuras mexicanas de los ruedos.”

¿El manejo de la fiesta de toros en México?

Los que manejan aquí la fiesta de toros son empresarios muy ricos pero no son taurinos, muchos ganaderos son muy ricos pero no son taurinos y algunos apoderados son muy ricos pero no son taurinos, lo que se traduce en un profesionalismo dudoso y en poner el capital por encima de criterios auténticamente taurinos, por encima de todo y del toro. Preparar el futuro de la fiesta de México exige otros criterios, tanto en lo empresarial como en lo pedagógico, así como regresarle al toro mexicano su bravura y movilidad. No es ciencia, es compromiso de taurinos genuinos. Si esto se atiende, podemos ver el futuro con optimismo, concluye Paco Terán.

 

¿La fiesta en paz?

Me parece menos malo que la fiesta de toros se vuelva incruenta a que sea prohibida, señala el analista taurino Francisco Terán.

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