Chimalhuacán, Méx. Los cuerpos de los hermanos Brayan y Jonathan (Cruz, como le decían de cariño) son velados la noche de este viernes por familiares que resultaron ilesos tras la explosión de un taller de pirotecnia, siniestro ocurrido el pasado miércoles, el cual dejó como saldo dos personas fallecidas, diez heridos y daños materiales incuantificables.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) entregó los cuerpos de las víctimas y a Chimalhuacán llegaron en un féretro color café los restos de Brayan quien tenía 39 años de edad; mientras que el de Jonathan venía en un ataúd de color blanco.
Por la mañana, familiares, amigos y vecinos que habitan en la parte alta del barrio San Pablo cargaron los féretros y arribaron a la capilla de San Pablo de la Cruz, donde se celebró una misa de cuerpo presente de quienes eran hermanos; posteriormente, se ofreció una comida para quienes acompañaron a los dolientes.
Durante gran parte del día, los dolientes y vecinos permanecieron en la parroquia hasta donde llegaron músicos para despedir a las víctimas de la explosión que provocó daños estructurales en tres viviendas y otras afectaciones de diferente consideración a cuando menos una veintena de casas aledañas.
Por la tarde, la gente cargó los féretros y regresaron a la vivienda donde será velados toda la noche. A las diez de la mañana del sábado se ofrecerá una misa y el sepelio se celebrará por la tarde en un panteón de esta localidad.
Antes, los ataúdes fueron colocados sobre la calle Sor Juana, justo frente a la vivienda derruida por la detonación y donde vivían las víctimas. En tanto, de las diez personas heridas, el estado de salud de dos de ellas sigue reportándose como grave.
Las autoridades de Protección Civil del estado de México y personal del gobierno de Chimalhuacán continúan con las maniobras para demoler las casas que sufrieron daños estructurales que les hacen inhabitables.
Familiares de las víctimas de la explosión en dicho taller de pirotecnia ocurrido el pasado miércoles, hicieron un llamado a los vecinos y se conduelan de su dolor. Cualquier ayuda que quieran ofrecer, piden, se haga de manera directa con la familia y no a través de terceros; algunas personas llevan a cabo colecta en calles de esta localidad, pero nada ha llegado a los dolientes.
Otros vecinos solidarios, continúan llevando comida, café y otros alimentos, incluso medicinas a las personas que sobrevivieron a la explosión e incendio ocurrido antier.