Supimos que las localidades generales del festival M-Jazz, a celebrarse el 22 de febrero en el Parque Bicentenario, están agotadas, sólo quedan lugares VIP, Pero bien valdrá la pena escuchar a Melanie Charles, a los veteranos brasileños de Azymuth y probablemente a lo que queda de GoGo Penguin. Y por supuesto, la oferta nacional es de primera, con los tapatíos de Troker (que están celebrando 25 años de vida) y la extraordinaria propuesta neoklezmer del grupo Klezmerzon.
Germán Bringas, el mayor referente de la improvisación libre y el free jazz en México (piano, sax, trompeta, tank drum) regresó a fines de noviembre de una gira por Europa, haciendo conciertos en Holanda, Francia, Italia y Suiza. Y apenas un mes después ya tenía la propuesta de la disquera inglesa Tin Angel para grabar un disco a trío y uno más a piano solo. Germán no tocó el año pasado en Inglaterra, pero la gente de Tin Angel sí asistió al festival Le Guess Who, en Utercht, Holanda, y gustaron mucho de la música del mexicano. Así que en estos momentos Germán está en plena actividad para editar estos dos discos. El próximo concierto del maestro será el 25 de enero en el Jazzorca (Municipio Libre 37-A, colonia Portales Oriente), el único club de este país especializado en free jazz, fundado en 1991 por el propio Bringas.
Y bordeando las cañadas del jazz, Matías Carbajal, pianista y guitarrista que por igual navega en el pop, el rock, el jazz, la música de cámara y la sinfónica (además de sus jales como diseñador, productor, ingeniero de audio y director de la Fundación Sebastián), se presentará el próximo 23 de mayo en El Cantoral (Puente Xoco s/n, Puerta A) con la Orquesta Sinfónica Iberoamericana, bajo la dirección de Lizzi Ceniceros, que interpretará varias de las nuevas composiciones de Carbajal.
Todo lo anterior se está tejiendo en grandes escenarios. Y qué bueno. Pero por este otro lado, en ciudades más pequeñas, ahí donde hacer y vivir para el jazz es todavía más complicado, ahí donde bajan los dioses sin ser vistos (Juan Manuel dixit), existen también grandes personajes que mantienen viva la flama (las llamas) de la síncopa y la vanguardia; picando piedra mañana, tarde y moda para hacer un poco más digna la realidad cultural de este país.
Uno de ellos es Héctor García Fragoso, estupendo baterista de Tulancingo, Hidalgo, que igual arma tríos, cuarteto o quintetos para tocar standards beboperos y rolas del smooth jazz; o sumergirse en las profundidades de la improvisación libre.
De un año a la fecha, Héctor ha estado bordando al lado del célebre tecladista Emmanuel Meño Méndez, figura central en el jazz de Pachuca desde hace tres décadas. Juntos han formado el Algarabía Dúo y han empezado a recorrer diferentes foros del centro del país.
“En Tulancingo no existiría una escena de jazz –nos comenta Héctor– si no fuera por el trabajo que hemos hecho tres o cuatro músicos desde hace 20 años. Picando piedra. Comencé con Ernesto Martínez Andriano, Él y yo iniciamos con proyectos de jazz fusión como por 2008. Hay otros músicos que a veces me suelen acompañar y tienen sus propios planes, pero no están específicamente en el género; hacen otras cosas.”
–Te escuché con improvisación libre, pero igual con otras cosas.
–“Sí, el free jazz no es lo que más toco. Tengo tres proyectos. Rara vez voy a la Ciudad de México a tocar free. Hace más de un año que no subo allá a tocar. Pero acá toco constantemente con el Algarabía Dúo, con el maestro Meño.
–¿Qué tipo de jazz tocan?
–Es un poco de smooth jazz y de jazz fusión. Pero también el maestro Meño, que es el que compone las piezas, utiliza muchos ritmos afro, afrocaribeños, étnicos. A él le gusta mezclar muchas cosas, pero siempre con ese tinte hacia lo latino.
El próximo concierto de Algarabía Dúo será el primero de febrero, a las 19 horas, en la Casa de Cultura Ricardo Garibay, en el centro de Tulancingo.
Todo esto es sumamente importante. Indispensable para la buena salud de esta sociedad, si me permiten decirlo. Y si no, también.
Salud