Stilfontein. Rescatistas y voluntarios han sacado al menos a 78 mineros muertos y más de 160 sobrevivientes de una mina de oro abandonada en Sudáfrica, donde llevan más de dos meses en un enfrentamiento con las autoridades que exigían que se entregaran a la policía por estar minando ilegalmente.
Se cree que cientos aún están atrapados el miércoles y se espera que el número de muertos aumente en un desastre que ha centrado las críticas en la decisión del gobierno sudafricano de intentar sacarlos a la fuerza cortándoles el suministro de alimentos y otros insumos por un tiempo. Grupos cívicos afirman que las autoridades también retiraron las cuerdas y sistemas de poleas que los mineros usaban para entrar y salir de al menos un pozo y enviar suministros.
Los grupos denuncian que la negativa del gobierno durante semanas a realizar un rescate al final dejó a los mineros a que mueran de hambre o deshidratación. Ahora se está llevando a cabo un rescate —después de una orden judicial—, pero solo se pueden subir a pocos mineros a la vez, y la operación podría tardar 10 días.
Las autoridades han argumentado que los mineros siempre pudieron salir por otro pozo en la Mina de Oro Buffelsfontein, una de las más profundas del país rico en minerales.
Pero los activistas sostienen que eso implicaría una peligrosa travesía subterránea que podría tomar días para algunos, y muchos se debilitaron o enfermaron después de meses bajo tierra con poca comida y agua. La policía sostiene que algunos mineros se negaron a salir.
En respuesta a una solicitud de un familiar de uno de los mineros, un tribunal ordenó la semana pasada una operación de rescate, que comenzó el lunes. Una compañía especializada en rescates mineros ha estado bajando una pequeña jaula a miles de metros en la mina para recuperar sobrevivientes y cuerpos. Pero ningún personal de la compañía ingresó al pozo porque lo consideran demasiado peligroso. En su lugar, voluntarios de la comunidad bajaron en la jaula para ayudar a los mineros a salir.
La policía primero intentó forzar a los mineros a salir de la mina cerrada cerca del pueblo de Stilfontein, al suroeste de Johannesburgo, en noviembre cortando sus suministros. La medida, parte de una represión más amplia contra la minería ilegal, comenzó un enfrentamiento entre las autoridades y los mineros y miembros de la comunidad.
Un tribunal dictaminó que las autoridades debían permitir la entrada de suministros, pero los grupos cívicos argumentan que los funcionarios necesitaban hacer más en ese momento porque incluso sin la interferencia policial los mineros no podían obtener suficiente comida y agua y la situación se estaba volviendo crítica.
La mina tiene 2,5 kilómetros de profundidad (1,5 millas) con múltiples pozos, muchos niveles y un laberinto de túneles. Un grupo que representa a los mineros explicó que hay numerosos grupos en varias partes de la mina y estimó que más de 500 mineros estaban bajo tierra cuando comenzó el rescate.
No está claro exactamente cuánto tiempo han estado bajo tierra, pero los familiares dicen que algunos de ellos han estado allí desde julio.