Guatemala. El presidente guatemalteco Bernardo Arévalo prevé que en la relación de su gobierno con el nuevo de Donald Trump en Estados Unidos, que tomará posesión del cargo el próximo lunes, habrá temas que generen tensión como la migración pero también espacio para negociar a favor de los intereses de su país.
Arévalo, que acaba de iniciar el segundo año de su mandato, destacó este miércoles en entrevista con The Associated Press que Guatemala es en este momento, en el entorno de la región, “uno de los pocos socios confiables de Estados Unidos”.
Donald Trump asumirá la presidencia estadunidense el lunes, con la incertidumbre que generó en varios de sus países socios latinoamericanos al amenazar con medidas y restricciones en temas migratorios y comerciales. Trump prometió durante la campaña que ejecutará una deportación masiva de personas que se encuentren en su territorio en situación irregular.
Arévalo no ve un escenario de conflicto con el nuevo gobierno estadunidense ni que la relación bilateral “se va a ir por el lado dramático”. De hecho, ve condiciones que les hacen ser “optimistas alrededor de lo que podemos llegar a ser”. Sobre todo, cuando la situación en Centroamérica ha sido un desafío para Estados Unidos desde hace años.
En su primer año de gobierno, abordó dos puntos de gestión que interesan a Estados Unidos, como la incautación de drogas y la lucha anticorrupción. Se interceptó el doble de cargamentos de cocaína, según aseguró Arévalo el martes en su informe ante el Congreso, y se presentaron 200 denuncias por casos grandes y pequeños de corrupción.
Para el presidente saliente Joe Biden, la corrupción enraizada en Guatemala era un factor que empujó a una migración masiva en los gobiernos anteriores al de Arévalo.
En contraste, en Honduras, la presidenta Xiomara Castro ha sugerido recientemente que no hay razón que justifique la presencia de fuerzas militares estadunidenses en su territorio. Y Daniel Ortega, desde Nicaragua, expresa constantemente su disgusto con Estados Unidos en cualquier oportunidad.
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En ese contexto, Arévalo apuntó a mayor coordinación regional en temas de interés común como el de la migración. Ya ha tenido conversaciones, admitió, con México para abordar entre otros puntos cómo desarrollar las zonas fronterizas.
Sobre las deportaciones desde Estados Unidos, el presidente guatemalteco descartó que haya una propuesta para que su país se convierta en un destino de recepción de migrantes de otros países, como ya acordó Trump con Guatemala en su anterior mandato.
“Creemos que toda la configuración de ‘tercer país seguro’ (en el que se recibiría migrantes de otras nacionalidades) era absolutamente inadecuado y que la respuesta a los retos que vienen ahora, con el tema de migración, deben ser pensados de forma regional”, dijo. “Nosotros no somos un tercer país seguro, nadie nos ha propuesto”.
El mandatario aseguró que tienen propuestas para llevar a la mesa de conversación que van por otro lado y que todo se sabrá solo cuando se empiece a negociar. “Eso nos va a poder permitir decir: pues eso no tiene sentido”, acotó Arévalo sobre la recepción de migrantes de otras nacionalidades.
Mientras el gobierno de Estados Unidos ejecuta o no la anunciada deportación masiva de migrantes, el presidente de Guatemala presentó el martes un programa de retorno para los guatemaltecos que dejaron el país que incluye algunas acciones como la creación de una aplicación de teléfono que dará información a los migrantes sobre posibles redadas, protección legal y tramites a realizar.
Asimismo, se fortalecerán los consulados en Estados Unidos para atenderlos y se habilitarán albergues para atender a quienes vuelvan al país. Arévalo dijo que desde inicio de año han aumentado la cantidad de vuelos y deportaciones de guatemaltecos desde el país del norte.
El miércoles, el mandatario guatemalteco también habló por teléfono con su homóloga mexicana, Claudia Sheinbaum, sobre puntos de colaboración bilateral. Una de las ideas, dijo, es trabajar en el desarrollo económico del área fronteriza para generar allí trabajo para migrantes; también que los consulados mexicanos puedan atender a guatemaltecos que tengan algún tipo de problema migratorio.
Ese último punto, matizó, aún está en discusión y sin una decisión.
“La tragedia de que hombres y mujeres de todas las edades se vean en la necesidad de abandonar sus comunidades, sus familias, sus hogares, para tratar de ir a resolver la vida, porque en el país, en su entorno, no encuentran trabajo, desarrollo... Esa es la gran tragedia que tenemos como país”, expresó el mandatario.
El jueves y viernes los vicecancilleres de México y Centroamérica se reunirán en el país azteca para coordinar acciones frente a los anuncios de deportaciones masivas.
Sheibaum y Arévalo también hablaron sobre esfuerzos conjuntos en materia energética y sobre la posible construcción del lado de Guatemala de la continuidad del Tren Maya. El año pasado, México regaló 200 kilómetros de vía férrea al país centroamericano. Arévalo dijo que es una decisión tomada la de participar en el proyecto y que incluso ingenieros mexicanos realizaron estudios en el país.
Este proyecto, aseguró, no afectara el área de la reserva de la Biosfera Maya, un área protegida. El Tren Maya mexicano ha recibido fuertes críticas por el perjuicio a zonas naturales.
Además de los temas de interés compartidos con países vecinos, Arévalo también se refirió a la lucha anticorrupción en la que enfocó sus esfuerzos en 2024. Le dejó satisfacción, mencionó, la implementación de una comisión presidencial anticorrupción que presentó por lo menos 200 denuncias ante la fiscalía de casos grandes y pequeños de corrupción. “La insatisfacción es la inacción de la fiscalía que no avanzó en las investigaciones”, cuestionó Arévalo al Ministerio Público, liderado por Consuelo Porras, a quien le ha pedido la renuncia en varias ocasiones.
“No podemos asegurar que no haya corrupción en todas las esferas de gobierno, pero lo que sí garantizo es que no vamos a tolerarlo y vamos a denunciar”, dijo el presidente.
Para 2025, Arévalo planea enfocar esfuerzos en la inversión de obra pública, carreteras, mejoramiento de escuelas y construcción de tres hospitales en zonas rurales. Una de las demandas más solicitadas por la población.
“La segunda cosecha será lo que nace de lo que aprendimos de las dificultades”, apuntó el presidente sobre lo que vendrá en su segundo año de mandato.